EL IESS ES DE LOS TRABAJADORES Y NO DE LOS EXPLOTADORES
La creación del IESS ha sido una de las más importantes conquistas sociales de los trabajadores del país. La pensión de jubilación, el seguro de salud, la cesantía, los fondos de reserva, la mortuoria, el montepío, los préstamos quirografarios e hipotecarios, entre otras importantes prestaciones sociales, fueron conseguidas gracias a la lucha de los trabajadores.
La defensa del IESS ha sido uno de los puntos principales de la plataforma de lucha de todos los sindicatos, porque los fondos y el patrimonio acumulado por el IESS es un botín apetecido por los que llegan al poder. Todos los gobiernos han deseado mandar y disponer a su antojo sobre el IESS; usualmente se han tomado los ahorros previsionales de los trabajadores para cubrir el déficit del presupuesto del Estado y son varios los funcionarios encargados de dirigir el IESS que han cometido robos, fraudes y malversaciones.
Pero, desde que el capital financiero decidió apropiarse de los fondos de la Seguridad Social los afiliados, activos y pasivos, del IESS enfrentamos una amenaza mayor: la privatización, en otras palabras la expropiación de los ahorros previsionales de la clase trabajadora. Recordemos cuando el gobierno de Sixto Durán Ballén realizó la consulta popular con la intención de aprobar la privatización del IESS, las organizaciones sindicales lideraron la resistencia y ganaron el referéndum, demostrando que el pueblo unido en defensa de sus derechos es capaz de ganar las elecciones de la burguesía y hacer prevalecer sus derechos y conquistas jurídicas, sociales, políticas, económicas y culturas.
Los intentos de privatizar al IESS y apropiarse de sus recursos no han cesado. El gobierno de Correa reformó la administración del IESS y convirtió a su Consejo Directivo (compuesto por un representante de los afiliados, otro de los empresarios y uno del gobierno) en mero ente consultivo sin poder de resolución. Decidió que los fondos del IESS eran fondos públicos que el gobierno podía sumar al presupuesto del Estado y manejar a su antojo, lo que constituye en la práctica una confiscación, al igual que lo fuera la intervención y apropiación de los fondos de cesantía manejados por los sindicatos, gremios y asociaciones de empleados (Fetrapec, UNE, FFAA y otros).
Creó el Banco del IESS (BIESS), se apropió de su gestión sin respetar la autonomía del IESS con el propósito de manejar su cartera de inversiones, porque es la entidad financiera que más recursos maneja a nivel nacional y cuya función principal es realizar los procesos de inversiones de los fondos de la Seguridad Social. Y, pretendía establecer una alianza con el sistema financiero privado mediante una concesión para la gestión de inversiones, lo que prácticamente constituía la privatización de la Seguridad Social, un peligro que aún acecha a los trabajadores.
HACIA UNA QUIEBRA INTENCIONAL DEL IESS
La situación actual de la Seguridad Social es muy grave. La sostenibilidad de los fondos de pensiones y salud está en riesgo.
A pesar que en el 2008 el IESS llegó a un acuerdo con el gobierno de Correa para que efectúe el pago de la deuda del Estado al IESS, aceptando una rebaja significativa del mondo de la deuda, de 2.500 millones de dólares a 888 millones, a cambio el gobierno se comprometió a pagar el déficit actuarial, que ha seguido incrementándose, porque el Estado ha incumplido sus obligaciones.
De igual manera se han incumplido otros convenios firmados en los años 2010 y 2011, según los cuales el Estado reconoce la deuda por salud; tomando en consideración que de acuerdo al artículo 10 de la Ley de Seguridad Social el Estado debe pagar las cuentas de todos los jubilados que se atienden en las unidades médicas del IESS. Esta deuda que hasta el 2016 alcanzó los 2.507 millones de dólares fue desconocida por el gobierno de Correa y borrada por los directivos del Seguro Social de los estados financieros del fondo de salud. La Contraloría dictaminó que esta deuda existe y es legal, y conminó a los directivos del IESS a restituirla en los balances.
El Estado aún no ha pagado la deuda al fondo de salud del IESS y el desfinanciamiento del fondo de salud sigue aumentando porque, a pesar de la falta de recursos, la prestación de servicios de salud a los jubilados ha continuado.
En cuanto al fondo de pensiones (invalidez, vejez y muerte), éste creció hasta 2015 y acumuló 9.000 millones de dólares. Pero en el 2016 deja de crecer y disminuye su monto en 1.500 millones, en el 2017 disminuye en 1.700 millones. El desfinanciamiento del fondo se produce porque se incumple la Constitución y la Ley de Seguridad Social que prohíben expresamente menoscabar los fondos de la Seguridad Social y que el Consejo Directivo del IESS tome recursos de otros fondos (en este caso del fondo de pensiones) para solucionar el déficit del fondo de salud. Por mandato de la ley todos los fondos administrados por el IESS deben ser manejados como unidades financieras separadas; a pesar de esto, en el 2016 –mediante una resolución- se transgredió la ley y se realizó un cruce entre las aportaciones de los fondos de pensiones y salud. Así, el porcentaje del fondo de pensiones disminuyó de 9,74% a 5,85% y se aumentó el porcentaje asignado al fondo de salud de 5,71% a 9,94%, produciéndose una significativa rebaja del fondo de pensiones.
Otra cosa que afecta gravemente al fondo de pensiones es la eliminación del 40% de aporte del Estado, porque el sistema estaba diseñado para que en 30 años de trabajo el afiliado financie el 60% de su pensión jubilar, cuando cumpla los requisitos de 30 años de trabajo y 60 años de edad, y el Estado debía pagar el 40% restante. Al eliminar el aporte del 40% y no sustituirlo con otra forma de financiamiento se incrementó enormemente el déficit actuarial y se pone en riesgo el pago de pensiones jubilares en el futuro.
Otra afectación grave a las finanzas de la Seguridad social es la ampliación de la atención médica para los hijos de los afiliados, de 6 a 18 años de edad. Ésta se convirtió en una nueva carga financiera para el fondo de salud, debido a que es una prestación que carece de financiamiento y que ha producido un déficit de alrededor del 200% del fondo de salud. El Estado está obligado por la Constitución a cubrir los gastos de salud de los niños, los adolescentes y los jóvenes; si requiere de la infraestructura de salud del IESS para cumplir con su obligación, debe pagar por ésta prestación de servicios y no cargar esta obligación sobre los hombros de los afiliados. Exigimos que se cumpla con esta justa reivindicación de la familia de los trabajadores, puestos que la congelación salarial, el bajo salario mínimo, la subida constante del costo de la vida, vuelve necesario este subsidio de salud.
El despilfarro enorme de los fondos previsionales es otro delito cometido contra los afiliados del Seguro Social. Hay la denuncia respecto a los 250 mil millones de dólares del IES invertidos en una mega obra del gobierno de Correa que se encuentra paralizada por problemas de corrupción. Es un atraco más, que se suma a los múltiples negociados hechos con el fondo de salud y las empresas privadas prestadoras de servicios de salud, entre los que se cuenta la concesión de la atención médica a los afiliados; un hecho que además causó el desmantelamiento de los servicios de salud del IESS porque se despidió y obligó a jubilarse anticipadamente a muchos profesionales de la salud y se contrató nuevo personal -solo de forma ocasional, sin ofrecer estabilidad laboral, al punto que hoy las unidades de salud carecen de médicos especialistas, un problema que produce la congestión de los servicios de salud, lo que agrava los riesgos que corren los pacientes. Sin contar la inexistencia de medicamentos fundamentales para el tratamiento de enfermedades que aquejan a los afiliados.
Se construyó hospitales del IESS contratando deuda externa y se tuvo el descaro de inaugurarlos como si fuera obra del gobierno.
Otro hecho que afecta la situación del IESS es el aumento del número de trabajadores, que partiendo de una plantilla de 16 mil, cuando se disolvió el Sindicato Único Nacional de trabajadores del IESS (acusado por la burguesía de usufructuar de un contrato colectivo millonario), hoy llegan por efecto del clientelismo político a 35 mil, a pesar de lo cual existe insuficiencia de médicos especialistas y trabajadores, que laboran bajo el sistema de externalización de servicios y con contratos ocasionales, violando derechos laborales y libertades sindicales.
Los afiliados activos y pasivos no podemos bajar la guardia. Debemos continuar luchando para defender al IESS, defender nuestro derecho a la salud y la jubilación. El IESS requiere de un ordenamiento jurídico y de una estructura administrativa que los blinde contra las ambiciones y los embates políticos de los gobiernos de turno e impida que el Estado se tome los fondos del IESS para cubrir sus apremios económicos y financieros. Se debe prohibir por ley que la cartera de inversiones del BIESS se entregue a las empresas financieras privadas o sea sumada al presupuesto del Estado.
Por la reposición del 40% del aporte del Estado al fondo de pensiones.
Por el pago inmediato de la deuda del Estado al fondo de salud.
Por la restitución a los afiliados activos y pasivos del derecho a intervenir en la dirección del IESS, porque es una entidad autónoma que nos pertenece a los afiliados.
Por la abolición de la flexibilidad laboral y la cooptación sindical al gobierno.
Por la restitución del derecho de todos los trabajadores del IESS a desarrollar la organización sindical clasista y revolucionaria.
Por el derecho obligatorio y universal a la seguridad social, a fin de que todos los miembros de la clase proletaria sean protegidos desde la cuna hasta la tumba, sin restricciones ni excepciones.
La lucha nos da lo que la ley y el patrón nos niegan
Con la fuerza de los trabajadores, romper las leyes de los explotadores
COORDINADORA DE ORGANIZACIONES CLASISTAS DEL ECUADOR – COCE.