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La influencia del marxismo y de la Revolución de Octubre en los intelectuales del Ecuador, texto de


Que ya es hora de que los comunistas expongan al mundo entero sus ideas, sus fines y sus tendencias

Manifiesto Comunista

Desde que las ideas socialistas llegaron a nuestro país, fueron acogidas con mucho ímpetu por los sectores más avanzados de la sociedad, entre estos y por sus condiciones específicas, la intelectualidad ecuatoriana inició con más profundidad el estudio de estas ideas a finales del siglo XIX.

Diversos materiales de difusión sobre el socialismo utópico, ya fueron conocidos y atacados a mediados del siglo XIX por sectores oscurantistas relacionados a la Iglesia, a pesar de ello, también existieron otros sectores relacionados al liberalismo que las defendieron, como es el caso de Juan Montalvo que calificó a la Internacional de Marx como “rayos luminosos –que- se abren paso por todo el continente”.

Tal cual como Marx y Engels expresaron en el Manifiesto Comunista que: “Todas las fuerzas de la vieja Europa se han unido en santa cruzada contra ese fantasma” refiriéndose al comunismo. En Ecuador la santa cruzada fue dirigida por la Iglesia acompañada por tumultos clericales al grito de “viva la religión, muerte a los herejes”.

Independientemente de todos los ataques, las ideas socialistas, comenzaron a impregnarse en los intelectuales progresistas y en las clases explotadas, que a pesar de sus tergiversaciones y en muchos casos poca comprensión, fueron poco a poco convirtiéndose en fuerza material que permitieron los grandes logros del siglo XX para amplios sectores populares ecuatorianos.

Con la Revolución Alfarista de 1895 se extendió aún más estas ideas que son acompañadas por el fortalecimiento del movimiento obrero que comenzó a separarse del cordón umbilical ideológico de la burguesía para contar con una teoría propia que le permita organizarse con independencia de clase.

Los sectores más avanzados del alfarismo fueron los encargados de difundir con mayor ahínco el ideal socialista, posterior a la “hoguera bárbara”.

La Revolución Bolchevique incentivó aún más a los sectores vilipendiados del Ecuador, que a pesar de no conocer las obras de Vladimir Lenin, sino hasta años más tarde, encontraron en él, el prototipo de revolucionario que ha encaminó a su pueblo a la libertad y a justicia y al Partido Bolchevique como una herramienta de necesidad histórica que guie a las grandes masas populares por la senda de la revolución.

En la década de los años 20 del siglo pasado, las ideas socialistas se convirtieron en una fuerza material organizada, grupos de distintas ciudades del Ecuador como: La Antorcha, Sociedad Amigos de Lenin, Núcleo Central Socialista de Quito, Partido Demócrata Social, La Reforma, Grupo Lenin, etc., desembocaron en la primera Asamblea Socialista realizada en mayo de 1926 en la Ciudad de Quito, formando el Partido Socialista Ecuatoriano, cuya denominación fue cambiada a Partido Comunista del Ecuador con su adhesión a la Internacional Comunista y desplazando, después de intensos debates internos, al ala reformista, que en 1933 conformó el Partido Socialista Ecuatoriano.

Con la difusión de las ideas revolucionarias y contando con una estructura organizada conformada por intelectuales comprometidos con mejorar las condiciones de vida de la sociedad, en conjunto con trabajadores e indios; la influencia de la doctrina marxista, abrió nuevas sendas para el entendimiento científico del mundo y su transformación. La política, el arte, la cultura, la literatura, la pintura e innumerables disciplinas fueron influidas por el realismo socialista, que brindó a la sociedad ecuatoriana desarrollo social y cultural.

La tradición marxista en Ecuador es muy amplia, rica y diversa; no se puede ocultar su aporte al desarrollo nacional; en ese sentido, el texto inédito: “La influencia del marxismo y de la Revolución de Octubre en los intelectuales del Ecuador” del historiador marxista Oswaldo Albornoz Peralta y publicada por el Movimiento M-26 , en el marco del aniversario de la Primera Asamblea Socialista del Ecuador realizada en Mayo de 1926 , es un aporte ideológico que invita a “rehacer nuestra historia, poniendo de relieve las heroicas luchas de las masas populares, ahora silenciadas por los historiadores académicos, que temen la propagación del ejemplo y el aquilatamiento de las experiencias. Y mediante el arte, el lienzo, el poema o la novela, tienen que llegar al sentimiento del pueblo, a la mitad de su corazón generoso, para mostrar su vida y dirigirla a la esperanza… porque significa convertirse en combatientes del socialismo, transformarse en soldados de la revolución” como lo expresó el mismo Albornoz Peralta.

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