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DECLARACIÓN FORO SOCIAL MUNDIAL DE SALUD Y SEGURIDAD SOCIAL VIII


En Bogotá se realizó el VIII Foro Social Mundial de la Salud y la Seguridad Social, entre el 26 y 28 de junio de 2019, con el propósito de construir lazos de solidaridad y acción que permitan enfrentar el modelo de desarrollo que en la actualidad produce una crisis social y ambiental sin precedentes, que se expresa en el despojo y la negación de las protecciones sociales como derechos fundamentales básicos de la dignidad humana.

El Foro contó con la participación de 1300 personas, provenientes de 18 países y 210 organizaciones sociales, ambientales, sindicales, de movimiento de mujeres, trabajadores de la salud, campesinos, indígenas, comunidades negras, estudiantes, LGBTIQ, parlamentarios, Organizaciones de Defensa de Derechos Humanos y de la Cooperación Internacional, entre otras.

El debate giró en torno a los vínculos que existen entre las protecciones sociales, la democracia y la paz, el desarrollo y la justicia ambiental; y la justicia económica, tributaria y social.

Se destacó que estamos en tiempos de crisis grandes y definitivas que no solo afectan la seguridad social en un sentido restringido, sino que colocan en riesgo la vida de la humanidad y del planeta. Estas crisis son provocadas por las exigencias del capitalismo contemporáneo, que exacerba su carácter clasista, racista, colonial, antropocéntrico, patriarcal, patrimonialista y enfermizo.

En el plano productivo, el capitalismo de la gran industria, con apoyo del desarrollo tecnológico actual, sofistica y optimiza el proceso destructivo explotador en aras de la acumulación de riqueza a costa de un deterioro terminal de la naturaleza y del planeta, llevándolo a un fin inexorable que no tiene retorno.

Los sistemas tributarios no están hechos para redistribuir la riqueza sino para proteger la rentabilidad del capital transnacional. No se cobra impuestos a los que más acumulan, y antes por el contrario se limitan y constriñen las protecciones sociales para todos y todas.

Así, la transformación del capitalismo global en los últimos cuarenta años llevó al traste el pacto capital-trabajo que sostenía los Estados de Bienestar europeos, en los que se construyó la idea de derechos de ciudadanía social proveídos por los Estados.

En el marco de democracias liberales, los Estados cumplen un papel de garantes de la acumulación exorbitante de ganancias al ofrecer condiciones favorables a los inversionistas financieros, la gran industria y las empresas transnacionales, al tiempo que dicha acción del estado profundiza el empobrecimiento de la gran mayoría de la población. En este contexto, las políticas sociales se basan en el desplazamiento a las personas y a las familias de la responsabilidad del cuidado de la vida a través del endeudamiento, del propio esfuerzo y de múltiples subsidios para pobres que terminan atrapando las posibilidades de autonomía y acción política auto determinada y crítica.

Lo que otrora fuera considerado derechos, hoy son solo un conjunto de mercancías que se transan en los mercados y generan grandes riquezas que alimentan el sector financiero.

Esto no podrá cambiar si no hay una fuerza transformadora desde la sociedad basada en la solidaridad que materialice una democracia plena.

Durante los tres días de reflexión el Foro desarrolló una metodología de participación directa que identificó 84 casos diversos que exponen situaciones y alternativas que vinculan los tres grandes temas enunciados inicialmente y que están repercutiendo de manera clara y directa en las protecciones sociales, en la mayoría de los casos, sino en todos, restringiéndolas.

Se acordaron 45 iniciativas dentro del marco de los valores del Foro, que bien pueden constituir un importante insumo en perspectiva de una agenda común de acción política que lleve a cambiar la correlación de fuerzas mundial, regional y territorial y que hagan inclinar la balanza en favor de la vida. Premisas comunes de las mismas son:

  • No es posible avanzar en la justicia social, si no hay justicia económica y justicia tributaria.

  • No es posible garantizar la protección y el cuidado de la vida en nuestra casa común: la pacha mama, si no avanza, se consolida y emerge desde los pueblos un proyecto de igualdad con diversidad, con diálogo profundo entre los seres humanos y de éstos con la naturaleza.

  • No es posible garantizar el buen vivir de todos, todas y todo, si no se masifica, intensifica y globaliza una movilización política que transforme la institucionalidad de lo público. Esto implica concretar de forma articulada las iniciativas para construir otro mundo posible desde nuestro presente.

Los participantes declaramos nuestro compromiso con:

  • r la vida de los seres humanos y la naturaleza como unidad, en lógica de derechos integrales.

  • Defender los territorios como bienes comunes y públicos

  • la democracia directa soportada en justicia económica, social y simbólica.

  • el derecho a la paz y al bienestar (buen vivir)

  • la generación de condiciones y oportunidades iguales y equitativas (reconocimiento de diversidades de género, etnias, clase social, y orientaciones e identidades sexuales) para el desarrollo pleno y la autonomía y soberanía de los pueblos.

  • un compromiso por la solidaridad que tiene expresiones concretas en el acogimiento de grupos que están siendo despojados y violentados.

  • las cosmovisiones, saberes y prácticas ancestrales como lo propio (identidad) articulada en lo territorial que reivindique lo humano vinculado con la naturaleza.

  • las deudas históricas con grupos: étnicos, pueblos afros, LGBTI; mujeres

  • las formas de producción local, territorial y por un comercio justo e igualitario.

  • el derecho al desarrollo sustentable y solidario (aquí, ahora y para las generaciones por venir) en donde las riquezas producidas por los pueblos sean para todos /as

  • el interés hacia lo político y la acción política en diferentes niveles: territorial, nacional, regional y mundial.

  • los Derechos integrales en un marco de interdependencia y en lógica de sistema / totalidad.

  • en política pública para derogar leyes existentes en contra de los derechos y construir nuevas; recuperar los procesos de integración regional andina y de cono sur orientados hacia un sistema suramericano de seguridad social que garantice la universalidad y el tránsito de las poblaciones, así como recuperar los avances del tema en universidades, centros de investigaciones y sindicatos.

  • protecciones sociales basadas en la interdependencia de los derechos integrales, universales y equitativos que incorporen la autonomía e independencia.

  • la construcción basada en la diversidad lo que implica hacer conciencia de como conceptuamos y como comunicamos otra democracia. Es necesario tener cuidado de los discursos hegemónicos que son incorporados acríticamente especialmente en lo relacionado con democracia, desarrollo, protecciones sociales, sustentabilidad /sostenibilidad.

  • r, en lo nacional, al movimiento nacional por la salud y la seguridad social –MNSSS- como forma organizativa articuladora.

  • alianzas estratégicas entre sectores, movimientos y grupos a diferente escala a partir de agendas y temas estratégicos comunes.

  • al proceso de paz y la democracia en Colombia y el cumplimiento de los acuerdos finales de la Habana.

Se acordó desarrollar como estrategias:

  • Fomentar y fortalecer los procesos comunicativos en red que vincule procesos culturales en los territorios

  • Educación política en coherencia con la educación popular articulando estrategias y plataformas existentes

  • Fortalecer los procesos organizativos de movilización

  • Generación de incidencia política

  • Acciones de justiciabilidad

Bogotá, julio de 2019

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