7% multiplicador de lucha popular en Octubre.
Tras ya varios días de por concluido las manifestaciones a nivel nacional y particularmente en Quito donde se vivieron con mayor beligerancia las manifestaciones, queda analizar qué nos queda como conclusión tras esos días de convulsión social donde se tuvo como resultado múltiples heridos, y penosamente la perdida de la vida de 10 personas incluido el dirigente de la CONAIE (La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador), Segundo Inocencio Tucumbi Vega.
Con un decreto 883 emitido desde el Gobierno nacional presidido por Lenin Moreno donde empleaba las recomendaciones por el FMI como una receta saludable para la economía de nuestro país.
Los primeros conatos de manifestaciones lo iniciaron el sector del transporte que de cierta manera contaban con el respaldo popular tras la eliminación del subsidio a gasolina extra o eco país, súper y diésel.
Desde el primero de octubre que entro en vigencia este decreto, la sociedad civil rebasó toda capacidad orgánica de las organizaciones sociales y políticas que se veían como fuerzas de lucha ante la arremetida neoliberal.
11 días que a varios de los ecuatorianos nos regresó a los inicios de los 90 que se tuvo que pasar por 8 presidentes y como fin de esto una dolarización que se implanto desde el 2000.
Con una cadena nacional el presidente Moreno “explica” el porqué de las medidas económicas, argumentando que esto re direcciona a los que más tienen. 1300 millones se ahorrará el país eliminando el subsidio fue su bandera de lucha para la implementación de este paquete de medidas que, pasando por lo económico también atropella los derechos adquiridos del sector de los trabajadores.
Pero el problema fundamental en el que nos encontramos hoy es saber y definir qué capacidad real tiene la izquierda en el Ecuador para poder unificar fuerzas no solo desde la unidad de acción sino también en la unidad política que es donde por años nos ha costado hacer.
Muchas organizaciones sociales se vieron sobrepasadas por la acción popular sin que se tenga una línea clara de cual podría también ser opción a la salida del galimatías que el gobierno nos quiere llevar.
Entendiendo que es fundamental la auto-critica como principio fundamental de un proceso se debe entender que no se ha logrado tener un programa o fundamentalmente un discurso unificado para poder contrarrestar los intentos de un gobierno de corte profundamente neoliberal.
El movimiento indígena y sus bases con ese 7% de población a nivel nacional sigue siendo sin duda quien mantiene la legitima fortaleza de hacer recular a las autoridades que atenten contra los sectores empobrecidos del país, ese mismo 7% es el número que muchos “lideres” políticos y sus partidos quisieran tener en votación popular.
En la década pasada los pueblos indígenas se hicieron visibles con un proyecto político de gran alcance, tras históricamente estar ocultos de una visión meramente folclórica, con el levantamiento de los 90 hizo reaccionar al estado ecuatoriano que también existían.
Como en el 2001 nuevamente el movimiento indígena sale a las calles a la defensa de los intereses populares pero esta vez con un condicionante que es visible, no existe una unidad clara de la izquierda y estamos a la espera de que todas las voces de este sector pueda ser apoyado. Hoy la CONAIE ha tomado esa responsabilidad de generar acuerdos sin la capacidad aglutinar a todos los sectores populares del país.
Los partidos políticos de izquierda o quienes decían serlo han perdido total legitimidad que no han podido ser un brazo ejecutor ya que tras una década que usurparon el discurso sólido y sostenido de nuestras luchas, hoy esos partidos se han ido diluyendo sin ninguna posibilidad de acción en el campo legal o electoral de representar a la clase popular.
Como hace 19 años los números dejan en rojo al estado ecuatoriano en temas de derechos humanos donde tras esto el movimiento indígena logro fortalecer su partido político donde muchos de sus dirigentes hoy por hoy forman parte de movimientos de corte derechista como Luis Pachala quien responde a los intereses del banquero Lasso que de manera indirecta ha sido responsable de la situación actual.
Hoy nos toca forjar una sola bandera de lucha pues no solo es el movimiento indígena quien salió a las calles sino la ciudadanía en general en todas las ciudades del país como fue el caso de Tulcán, donde fue la chispa en medio de tanta pólvora.
Tenemos el deber de ser cautelosos de cómo se negocia con un gobierno deslegitimado que no tiene ya nada que perder, con un porcentaje mínimo de aceptación y con acuerdos ya dados con los sectores empresariales pues hoy la estrategia de Moreno es perseguir a todo aquel que quiera convulsionar sus acuerdos ocultos.