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EN BOLIVIA HAY DOS BOLIVIAS

El presente artículo de Dos Bolivias, pertenece a los hombres y mujeres que se encuentran en un estado de paupérrimas condiciones de vida en el campo y en las ciudades. Otros al encontrarse en la triste situación de lumpen, no van a poder adquirir ni un ejemplar y nunca van a saber de la existencia de Dos Bolivias en la prefabricada Bolivia Plurinacional. Estamos conscientes de que a algunas personas no les gusta auto cultivarse e ilustrarse intelectualmente. Ósea, que en su escuela de la vida nunca jamás habían aprendido, que un cerebro poderoso mata a otro cerebro endeblez, la ideología de los pobres liquida a la ideología de los opresores, explotadores y racistas. Algunas personas apolíticas nos responderán y dirán, no vivo de política, vivo de mi trabajo; los más ultrareaccionarios nos reprocharán sobre la existencia de Dos Bolivias y dirán, que es un simple invento de los indianistas y separatistas. Con esta posición vamos a entrar a un debate político permanente en nuestro cotidiano vivir. Es que, en las escuelas, colegios y universidades nunca nos enseñaron sobre la ciencia política y el arte de gobernar a un país. En los Institutos Normales Superiores de Maestros y Maestras trabajan profesores ignorantes y apolíticos. Pues, nunca supieron reconocer, que el mundo entero está manejado y gobernado por los políticos profesionales. ¿POR QUÉ EN BOLIVIA, HAY DOS BOLIVIAS? Desde la cruenta invasión española de 1532 al gran Tawantinsuyu, sostuvieron una guerra a muerte las dos Repúblicas: la República de los indios y la Republica de los españoles. Como consecuencia de estas luchas sangrientas, de pronto, el 6 de agosto de 1825, nace la República Simón Bolívar, con Dos Bolivias, bien yuxtapuestas sin apenas confundirse la Bolivia de la etnia blanco-mestiza y la Bolivia de los indios originarios del antiguo Qullasuyu. En toda la vida republicana, los indios nunca jamás hemos gobernado en nuestra madre patria ancestral. Más bien, esa muy reducida minoría blancoide nos convirtió en sus esclavos de muchas generaciones y hasta nuestros días plurinacionales. Tampoco tuvimos un instrumento político e ideológico propio, que exprese sobradamente sobre la amplitud y la complejidad de las naciones: aymaras, qhiswas, guaraníes, chipayas, ayoreos, yukis, yuracaris, lecos, canichanas, mojeños, sirionos, movimas, mosetenes, chimanes, chiquitanos, etc. Hoy por hoy estamos palpando con nuestras propias manos y viendo con nuestros ojos clínicos a esa frustrada casta política del MAS-IPSP, conformada exactamente de los remanentes coloniales: Álvaro García Linera, Juan Ramón Quintana, Carlos Romero, Héctor Arce, Luis Arce, Roberto Aguilar, Javier Zavaleta, Alfredo Rada, Susana Riveros, Adriana Salvatierra, Manuel Canelas, Hugo Móldiz, Hugo Siles Núñez del Prado, Gustavo Torrico y muchos otros tránsfugas y pasa-pasas, que se pusieron con la carita indigenista e izquierdista y no supieron cumplir con su propio papel de descolonización, anticapitalista y antiimperialista. Son tan funestos, tan miserables y tan sucios en su monumental fraude electoral del siglo. En realidad, en ese escenario democrático neoliberal pelean dos “grupos de poder” y se disputan abiertamente en las calles céntricas de las ciudades por la toma del poder político en la Bolivia oficial. En el bando de la derecha más reaccionaria, están bajo la sombra de Carlos Mesa Gisbert, Gustavo Pedraza, Oscar Ortiz, José Antonio Quiroga, Saúl Lara, Samuel Doria Medina, Jorge Quiroga, Rubén Costas, Ricardo Paz, Carlos Alarcón, Ricardo Calla, Luis Fernando Camacho y demás casta parasitaria burguesa, que vivieron su vida cotidiana oprimiendo y discriminando racialmente a la otra Bolivia autóctona y originaria. En primer lugar queremos dejar bien establecida nuestra posición política e ideológica con un pensamiento claro y de elegante estilo “indianista-tupakatarista” de siempre. Que, mientras estemos gobernados por esa etnia blancoide colonial MAS-IPSP vende patria, de fama dócil y servil de los empresarios capitalistas transnacionales y multinacionales, no va a ver “el proceso de cambio” ni la tontería de “vivir bien”. Solamente sería, cuando nosotros mismos tengamos el poder político y proclamaremos el Nuevo Qullasuyu, estableceremos un sistema social nuevo, con su principio de igualdad de derecho. Por fin seremos dueños de nuestro destino y dueños de nuestra madre patria ancestral. Esta conquista no caerá del cielo, ni será un milagro de nuestras wak’as, illas, mallkis, pachaqamaq, achachilas, Apus, etc., sino será tomando el camino diferente. Sin duda alguna será con torrentes de sangre y cerros de cadáveres. En la actualidad hay una profunda tempestad que se desarrolla en el mundo andino-amazónico, para derrotar de una vez por todas a esa putrefacta de izquierdosos y derechazos coloniales, que nos hacen enfrentar entre hermanos de carne y hueso. Para ello, la otra Bolivia originaria y autóctona tiene que acumular fuerzas en los diversos pisos ecológicos. Desde esta perspectiva, los mal llamados indios por Cristóbal Colón, quienes no luchen por su verdadera nación qullasuyana, unidos con los hermanos de causa de los diferentes pisos ecológicos, están con esa Bolivia oficial, sanguinaria, opresora y racista. Son peones políticos de los terratenientes y de la burguesía capitalista. Quien defiende directamente a ese partido MAS-corrupto e impide la liberación de la otra Bolivia-Qullasuyana, no es más que el mismo opresor y explotador colonial secular. ¿POR QUÉ VOLVER AL QULLASUYU? La Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), en su condición de esencia y presencia real de la otra Bolivia oprimida, tiene que colocarse como instancia superior y ser gran referente para otros pueblos y naciones indígenas, con la finalidad de transformar y cambiar con la fuerza de las luchas comunarias a esa Bolivia colonial, volver al nombre original Qullasuyu, actualmente sumido a la explotación, opresión, discriminación racial, cultural, espiritual, social, económica y política. Por ende es una necesidad y urgencia pensar de esa otra Bolivia originaria y autóctona y enarbolar la bandera de la inmediata restitución del poder y la reconstitución del segundo Qullasuyu-Tawantinsuyu con una profunda descolonización. Y es de ahí, que los hombres y mujeres que abrazamos al “Panindianismo-Tupakatarismo” hemos comprendido la urgencia de dotarnos de nuevas tesis, nuevo programa de gobierno, nuevos líderes con un pensamiento luminoso, nueva pedagogía cognitiva, nueva forma de lucha comunaria y la toma del Poder político. Sin tomar paradigmas foráneos, ni caer absorbidos por las luchas políticas de posturas izquierdista y derechista, que ya nada que ver; ni ofrecer proyectos de luchas radicales. Esos partidos políticos tradicionales y señoriales, quizás, lo único que nos pueden ofrecer, son sus históricas esclavizaciones y masacres indiscriminados, tanto en la colonia, la República y hasta nuestros días. Arribaremos a construir una nueva sociedad y un nuevo “Ayllu” en nuestra tierra y nuestro territorio. Nuestra lucha es por un nuevo Estado, nuevo poder de los trabajadores. Sin ello, todo será decididamente inútil, cualquier fuerza política que ignora la lucha de Dos Bolivias, que sólo se atasca en la lucha de clases y la dictadura del proletario, está destinado al fracaso y considerado reaccionario y opuesta a la verdadera liberación de la otra Bolivia. Sólo el enemigo histórico del indio puede oponerse a nuestro sentimiento Aymara de ser de la otra Bolivia en el sentido estricto de la palabra. La Bolivia originaria por principio político e ideológico, determina definitivamente como enemigo fundamental a la Bolivia blanco-mestiza, capitalista e imperialista. El objetivo táctico y estratégico es la toma del poder político por mediante de la lucha violenta. Es liberar a esa otra Bolivia India, sumida al sistema imperante. A la vez es un preludio de la nueva formación social sin ricos ni pobres, sin explotados ni explotadores, sin discriminación racial, sin víctimas ni verdugos. Garantiza plenamente la igualdad social de todo ser humano en el Nuevo Qullasuyu. LA BOLIVIA BLANCOIDE Y LA BOLIVIA INDIO Al epílogo del presente trabajo sobre Dos Bolivias, queremos reflejar que este párrafo no es ningún plagio, es apasionadamente una inspiración propia y comunaria. Estamos plenamente conscientes de que no caerá bien a la Bolivia colonial blancoide, (por ser directos remanentes de la colonia europea), tampoco a los indios castrados y bolivianizados. Sobre todo los supuestos indianistas-kataristas eunucos, quienes no pueden escribir “mal” contra sus patrones blancos, templan sus plumas serviles, por eso escriben muy suave y con mucho temor al colono secular. No compartimos con esa gentuza, somos libelos contra aquellas posiciones indigenistas, explícitamente: llunk’ìsta, integracionista, reivindicacionista y asimilista, etc. Actualmente el grupo de poder de MAS-IPSP proclama la complementariedad de opuestos e interculturalidad. Porque está conformada por los mismos opresores, explotadores y racistas hasta la última consecuencia. Por ende, nosotros los panindianistas, vamos a diferenciarnos y escribir con más saña sobre la realidad de nuestra vida cotidiana. En este país, de Dos Bolivias, hay una Bolivia, muy reducida minoría colonial dominante, que vive mejor de los mejores. En cambio la otra Bolivia de los indios no conoce todavía ese paradigma de “vivir bien”, o mejor dicho ese “bien vivir”. Con un gobierno de cambio continúa siendo la mano de obra más barata y vivimos en humillante situación de pobreza. Esa otra Bolivia indiano, fue burlada e insultada por el Vicepresidente Álvaro García Linera, quien nos hace aparecer con 4 mil dólares en los bolsillos. Son una ridiculez y estupidez sus imaginaciones de un blanco burgués. Proclamamos abiertamente la soberanía política e ideológica. Ningún partido tradicional colonial que reclama ser derecha pizarrista o izquierda almagrista, fue capaz de enarbolar la bandera y la ideología de Dos Bolivias y colocar en su lugar a la nación qullasuyana originaria y autóctona; ni supo tratarla como un problema de primera y principal importancia. Desde la fundación de la República de Bolivia, nuestros verdugos lo han ocultado con un velo de silencio y ha primado el dogmatismo y el empirismo total en su vida de un Estado Plurinacional y así han impedido que salga a la luz pública la verdad primigenia de las Dos Bolivias que vivieron en guerra permanente. Tenemos que estar decididamente conscientes, de que el gobierno de Evo Morales Ayma en 14 años de desgobierno ha creado su propio escenario de violencia, donde se enfrentan piedra por piedra, palo por palo, herida por herida, sangre por sangre, muerte por muerte, “wiphala-India” por “bandera boliviana-blanco-mestizos”, Evo Morales por Carlos Mesa. ¡Qué pena! ¿Verdad? Si no sacamos a la luz pública informaciones sobre las Dos Bolivias, nuestros hermanos indígenas originarios seguirán siendo extranjeros en su propia madre patria ancestral: sojuzgados racialmente, explotados y oprimidos inmisericordemente por la otra Bolivia esclavizadora, opresora, explotadora, racistas, extractivista, vende patria y apátrida. Sí, así gobernaron desde Simón Bolívar, pasando por Mariano Melgarejo y terminando al indio Evo Morales, porque no nos dejan desarrollar tan prontamente nuestra lucha anticolonial, antirracista, antineoliberal, anticapitalista y antiimperialista. Solamente la otra Bolivia originaria, esa Bolivia de los dueños y originarios de la propia madre patria ancestral qullasuyuna, como amplia mayoría histórica puede provocar la liberación total y definitiva y la toma del poder político para las mayorías nacionales y pasar ininterrumpidamente a una sociedad Comunitaria de Ayllus y comunidades. Esto se hará solamente con el sentir y el apoyo de todo el pueblo y nada más. Esta propuesta hoy aparece como parte del despertar del neoindio, es decir, del verdadero despertar del gigante dormido de más de 500 años. El pensamiento de Dos Bolivias tiene el sello de embriones de volver al Nuevo “Qullasuyu-Tawantinsuyu”. Este pensamiento de pensamientos, surge ahora en todas nuestras comunidades minifundizadas y surcofundizada de los diversos pisos ecológicos. Y se vuelve más consecuente y más revolucionario en contra el sistema del partido del MAS-corrupto, prostituido y narcotizado. LOS INDIOS DESTINADOS EN LOS TRABAJOS MAS SACRIFICADOS Vivimos explotados y oprimidos desde la invasión española de 1492, desde aquel día, que el famoso Cristóbal Colón Fontanarrosa cae de rodillas en el suelo ajeno, vale decir en las Antillas, llamado Guahanani, en vez de besar a la tierra, la escupió y la maldijo. Clavó la cruz ensangrentada de Cristo y enarboló el malo y maldito estandarte de castilla. Y al clavar sus ojos a los nativos originarios del lugar, “de muy hermoso de cuerpo y de lindos rostros, de buena estatura y bello de gesto, cabello grueso”, se asustó y se equivocó y pensó que había llegado a las “Indias”. Así de sencillo, con una sola mirada nos bautizaron con el término despectivo “indio”. Es verdad que nadie es indio en nuestra tierra y territorio, es un término despectivo y chocante, pero a la larga ese categoría indio, que salió de la boca de Colón, se ha convertido en un indianismo del indio, con la misma arma tenemos que enfrentar al opresor y al esclavizador hasta liberarnos, mañana volveremos ser el hombre qulla o como escriben los tradicionales escritores “colla”. Por lo tanto, con ese término despectivo nos han manejado como a trapo sucio: indio arriba, indio abajo, indio a todas partes. A pesar de que, con el transcurrir del tiempo, este maldito concepto “indio” llega a englobarnos genéricamente a todas las naciones y culturas nativas, desde Alaska hasta Patagonia. Ni el famoso proceso de cambio tuvo que cambiar la triste situación del indio explotado y oprimido. Nuestros hermanos mineros aún continúan trabajando en las peores condiciones de su vida en las minas, olor a coca, olor a copajira, olor a metal, es más parecido a los “mit’ayos” de aquellos tiempos coloniales, rascando las peñas día y noche en el interior de las minas a cambio de unos miserables sueldos y salarios, sabiendo perfectamente, que mineros generan divisas para el país. Pero el gobierno plurinacional no les reconoce ni les considera como factor importante. Con el proceso de cambio, los Quispes, Mamanis, Condoris, Yujras, Laimes, etc. seguimos confinados en el campo para producir y reproducir en la agricultura con herramientas arcaicas, que nos han dejado los “tiwanakotas”. O sino, con los arados egipcios y bueyes que trajeron los españoles. Hasta el momento no existe una innovación en el agro. Tampoco una mecanización. Faltan tractores agrícolas, motobombas, motocultores; caminos carreteros adecuados, postas sanitarias suficientes, agua potable, internet, canales televisivos. Si bien, que hay el Canal 7 estatal, solo transmite programas políticas partidistas del gobierno de la “Bolivia-q’ara”; realmente estamos saturados de dichos programas del partido MAS-Evo. Consecuentemente, estamos labrando la tierra de sol a sol y cuidando la madre tierra y nuestros sembradíos como la niña de sus ojos para abastecer de alimento a las ciudades, a fin de que en sus mesas de Bolivia blanco-mestizo no falte una buena comida y sus mujeres e hijos coman a dos carrillos en los suburbios metropolitanas. Con el proceso de cambio, la india y el indio continúan barriendo las calles, avenidas y cargan basura desde muy tempranas horas de la mañana por un sueldo mísero y así mantienen limpias y saneadas las ciudades blanqueadas, a fin de que la Bolivia blanco-mestizo no se contagie de enfermedades transmisibles. Con el proceso de cambio, el indio sigue cuidando con bastante delicadeza y de fino humor los parques y paseos y maneja con sus manos ennegrecidas y a flor de piel las plantas de flores finas. Bajo ese aroma la Bolivia etnia blancoide se deleita, abrazándose de beso entre besos con sus buenas hembras en las noches metropolitanas. Esa otra Bolivia que ha emigrado del campo a la ciudad, como estuviera predestinado desde el vientre de su madre para vivir eternamente en la pobreza y hasta miserable y explotado, cava la tierra, prepara barro, elabora adobes, ladrillos, mezcla cemento, bate estuco, abre el camino, trabaja y construye autopistas, teleféricos, terminales de aeropuertos y autobuses, etc. Mientras tanto la Bolivia “q’ara-blanco”, hablando un castellano a su propio estilo paceño, dirige y mira tras de las gafas oscuras la obra maestra de las manos indias. Pasa y repasa al lado del trabajador, siempre con las manos en el bolsillo, bien bacán y pulcro, apestando perfumes malignos o sino olor a acre, alcohol y cigarro. Esa otra Bolivia de los Indios está obligado a cambiar su triste situación para no seguir siendo bestia de carga pesada y herramienta viva de la Bolivia blanco-mestiza. Basta ver en las ciudades como los blancos burgueses llenos de lujo realizan sus compras, escogiendo los mejores productos agropecuarios en canastos grandes y su sirvienta india a un lado y al otro lado a un indio cargando las canastas etc. La Bolivia india originaria del campo trabaja de sirvienta, o así, llámese delicadamente como trabajadora del hogar. Pero, igual le sirve a la otra Bolivia blanco-mestiza. La india educada en la escuela del Ayllu, se convierte en múltiple y es más explotada. En suma: ella cocina los exquisitos platos para que coma toda la familia sofisticada, en las mañanas barre el patio, la acera, etc., limpia los inodoros del baño de defecar, tiende las camas, lava la ropa para toda la familia, plancha la ropa lavada hasta reventar; esa imilla de la Bolivia india cría él bebe de la otra Bolivia blanca de apellido: García, Pizarro, Del Granado, Diez de Medina, Quintana, Arce, de Lozada, Linera, Morales, Romero, Salguero, Montaño, Siles, Rada, Mesa, Quiroga, Paz, Canelas, Riveros y demás coloniales que se han anclado en nuestra tierra y territorio. La mujer de esa Bolivia blancoide sólo sabe parir y nada más, no se mancha sus finas manos y uñas crecida y pintadas con el orín ni con el excremento de su hijo. La india de la Bolivia originaria es la persona indicada que limpia y lame las heces fecales, cambia los pañales, lo baña y se sacrifica hasta perder su juventud florida. Esta india de la otra Bolivia se lo sirve y cuida con toda delicadeza y esmero, como si fuera su propio hijo, hasta que crezca el hijo del blanco, pues le lleva a la escuela y le hace jugar en los parques y las plazas, etc. En medio de esa desdichada vida dócil y servil, está hasta ser acosada sexualmente por la otra Bolivia blancoide. Estos forajidos en las zonas aristocráticas exóticas, todavía practican el derecho de pernada Medioevo, igual que sus ancestros europeos. Para esa Bolivia India originaria, con el famoso proceso de cambio no cambiado nada, la mujer de pollera sigue siendo “qhatira” (vendedora del mercado), trabaja desde el alba y hasta el atardecer, su oficio es vender y vender los artículos de primera necesidad y otros productos transnacionales y multinacionales. Esa Bolivia no conoce el seguro social o sea, no está contada por la otra Bolivia Plurinacional. Pero tributa con todo tipo de impuestos a la Alcaldía Municipal. En lo político es materia prima de los gobernantes de turno, marchan como las ovejas enceguecidas y dan apoyo a cualquiera postura política, nunca tienen su propio instrumento político para buscar el poder. La Bolivia india o indio, también son los conductores de vehículos pesados y livianos, trabajan día y noche con camiones de alto tonelaje y realizan viajes de larga distancia. Otros son taxistas, micreros, mini buseros, tractoristas retroexcavadora, etc. La Bolivia india trabaja y trabaja hasta reventar y no se cansa, pero es la mano de obra más barata del mundo, “vive” lleno de mugre y pobreza en las zonas marginales. Esa Bolivia india o indio también crea arte bello, (como por ejemplo) el caso de Mamani Mamani) útil para satisfacer las necesidades materiales de la otra Bolivia blancoide, al mismo tiempo hacen las bellas artes, pintura, escultura, música, danza como en la fiesta del Gran Poder, Carnaval de Oruro, entradas universitarias, bailan hasta botar las grasas, se emborrachan hasta perder el sentido, para que lo aprecie la otra Bolivia colonial junto con sus paisanos gringos turistas. La otra Bolivia que lleva esos grandes supremos apellidos Quispe, Mamani, Condori, Yujra, Apaza, Qupana, Callizaya, Makusaya, Churata, etc., es punta de lanza frente a las manifestaciones de los trabajadores, que bloquean las carreteras, hacen huelgas de hambre, marchas de protesta y otros tipos de protestas. O sea que el poder blanco nos enfrenta de frente a frente, de cara a cara de indios a indios sin compasión. Ellos defienden ciego y fiel a los intereses de la Bolivia blancoide quienes son dueños y propietarios de los bancos, casas comerciales, casas de cambio, hoteles, embajadas, colegios y universidades privadas, las mansiones de los empresarios, edificios de altos capos de los gobernantes de turno. La Bolivia india o indio, es la que está en las calles céntricas de la ciudad, dirige el movimiento vehicular y el transeúnte. Estas apreciaciones que hago, no es una falaz mentira. Basta abrir los ojos y fijarnos en las zonas centrales, residenciales o zona “Sur” aristocráticas y exóticas. Es otro mundo, donde exhibe una pequeña casucha de madera pintada de color verde, similar de una “perrera” y dentro de ella está la Bolivia india vestida de verde olivo, colgado en la cintura un revólver de calibre 9 milímetros. Este elemento se desvela el sueño y cuida como perro a la gente ricachón, mientras tanto la Bolivia blancoide burgués pasa su vida muy feliz y contenta con su buena hembra dentro de su mansión y no le falta nada. En las FF.AA. con el gobierno de “cambio” no se ha cambiado la estructura ni un ápice. Continúan siendo utilizados las dos Bolivias, la Bolivia de Quispes, Yugras, Ninas, Condoris, Yapuchuras, Mamanis, Chambis, etc. en la guerra como soldados de primera línea y carne de cañón y en tiempos de paz, la Bolivia blancoide es represor y les mata como a animales por simple reclamar sus derechos que les corresponden. En las FF. AA con el nombre de servicio militar obligatorio a la otra Bolivia, lo convierten en empleados domésticos de los oficiales blanco-mestizos. En esta institución tutelar de la patria, el crudo racismo está vivo y activo en todo su aspecto. La ley contra el racismo no ha llegado todavía. Por eso, la Bolivia blancoide es teniente, capitán, mayor, coronel, general, carga varias estrellas, es de origen europeo bolivianizado pero inútil para una guerra internacional. Y aquí un simple ejemplo: “En el Campo Vía, el 11 de diciembre de 1933, a horas. 12:00 p.m., el ejército boliviano, se colapsa totalmente y caen prisioneros 250 jefes y oficiales, 8.000 soldados; 24 piezas de artillería, 60 morteros, 1.000 ametralladoras pesadas y livianas, 11.000 fusiles y millones de cartuchos, 80 camiones. Fueron las pérdidas de las FF.AA. dirigida por el Gral. Hans Kundt” (alemán de nacimiento). ¿Qué te parece? este semejante humillación militar de aquellos tiempos. (La epopeya del Chaco). Estos oficiales pueden estar por nacimiento en nuestras tierras, no importa que sean alemanes, chinos, gringos, árabes, españoles, etc. El asunto es, que tienen que ser decentes, blanco-mestizos de piel fina (raza superior) para que ocupan los espacios más altos de la pirámide social de las FF.AA. Estas características vienen de generación en generación desde la invasión española hasta la actualidad plurinacional. En pleno siglo XXI las tropas siguen siendo la Bolivia India, (raza inferior), que recibe una rígida e inflexible pedagogía militar. Porque desde un soldado raso hasta un oficial mayor, o máster es de nuestra raza india. Considerados como última capa social, por el sólo hecho de ser descendiente de los primitivos “qullas” (Collas) del Tawantinsuyu, utilizados como bestias de carga y de trabajo zapa o de herramienta viva y armada que defienden los intereses transnacionales, multinacionales imperialistas. LA SUPREMACÍA BLANCA EN BOLIVIA El primer español que pisó a nuestras tierras, no ha venido a trabajar como “burro”, pero sí, a enriquecerse ilícitamente, a costa de sangre, dolor y el sufrimiento del indio. El indio nacido para sufrir, tiene que trabajar gratuitamente para el blanco, a cambio de un pedazo de tierra inservible o sino por unos mugrosos monedas. Los blancos y mestizos, herederos directos de españoles, no quieren trabajar en los trabajos más difíciles y sacrificados, por eso, en la actualidad nadie, ningún blanco es labrador de tierra, albañil, zapatero, sastre, bordador, cargador, carpintero, panadero, sombrerero, portero, mercachifle, mecánico, chofer, barredor de la calle, etc. ¿Sabes por qué? Sus padres blancos no trabajaron jamás en esos trabajos difíciles y sucios. Como si fuera por una ley natural, mantuvieron siempre firme y consecuente sus privilegios en su condición de español. Es de esta manera en Bolivia el “blanco es blanco”, nació, creció, vive y muere con ese complejo de “raza” suprema, es bastante cotizado y tasado; dicen que son cerebros privilegiados y de ideas brillantes, que nunca se equivocan. Además, arguyen que son unos elementos que gozan de ese derecho divino de los invasores sanguinarios, carniceros de indios. En la actualidad, es el dueño y señor del poder blanco, ocupa cargos dentro de la jerarquía con el nombre del Estado Plurinacional, son: Presidentes, Ministros, Embajadores, Jefes Políticos, Militares de alta graduación, Obispos, Rectores, Directores, Gerentes, Docentes en las Universidades, dueños de extensas tierras, minas, fábricas, industrias, bancos privados, hoteles de varias estrellas, flotas de transportes, casas comerciales, fundaciones, ONGs transnacionales, canales televisivos, periódicos y radios, etc. Son altos capos en robo de las arcas fiscales, la explotación, la corrupción, la narcotización, la prostitución, etc. Esa Bolivia, remanente de la colonia europea, forma su grupo de poder, finge ser indigenista e izquierdista, vive agarrada de la chaqueta del indio Evo Morales. Otros vivillos marchan al lado de Carlos Mesa Gisbert. Por su esencia y presencia colonial, no le gusta vivir de perfil bajo, su lugar privilegiado es la punta de la pirámide social. Su apasionada vida es vivir con todo lujo, chupando el sudor y la sangre de la Bolivia India originaria. La Bolivia blanco mestiza, ¡no se ensucia sus manos blancas y finas! Se cuida delicadamente. Su icono rostro blanco como la cal, no se hace tostar con el sol, ni se hace azotar con el viento, ni con la briza metropolitana ni se hace gotear con la lluvia; se cuida delicadamente de todo hasta el extremo de su propia sombra. La Bolivia blanco-mestiza es así como lo conocemos, no sabe hacer otra cosa que explotar, esclavizar al indio y es lógico: son unos parásitos, ni siquiera son teóricos, científicos, pensadores, filósofos, ideólogos, pedagogos, etc. Si los obligaríamos a trabajar en los trabajos forzados, estoy seguro que en la mal llamada Bolivia Plurinacional habría un tsunami, estaríamos vibrando en el juicio; el sol, la luna, las estrellas se caerían, como alguna vez se expresó el “q’ara”Álvaro García Linera; habría terremoto, maremoto, hasta lagomoto. Puede haber castigo de Dios, si es que existe el Dios blanco. En conclusión, por todas estas razones arriba descritas, ¡no nos dejaremos utilizar como unos tontos útiles! Por estos eternos politiqueros, obsesionados del poder político en su Estado Plurinacional. Por la sagrada memoria del Inka Atawallpa, juramos volver a las jornadas comuneras a partir de 2032, porque se cumplen los 500 años de la infausta masacre indiscriminada en Cajamarca-Perú. Volveremos a reconstruir el nuevo “Qullasuyu-Tawantinsuyu” con su propio paradigma de “Ayllus” y Comunidades.

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