Colombia: Todos a la calle para potenciar esta lucha inédita
La principal enseñanza del conjunto de expresiones del movimiento sindical, social, popular, y de los sectores políticos alternativos, es sin lugar a dudas, la necesidad de avanzar en la construcción de escenarios de unidad en torno a la movilización, a partir del reconocimiento mutuo del trabajo que cada uno ha realizado. También es necesaria la afirmación de sus acumulados de lucha, posibilitando de esta manera ganar confianza y avanzar en la concreción de propósitos políticos, que se identifiquen con la convocatoria del Paro Nacional: la construcción de un pliego único y la definición de una agenda de movilización.
Como parte de la definición del Encuentro Nacional de Emergencia Sindical y Social realizado el pasado 4 de octubre, de enfrentar las políticas antipopulares del Gobierno de Iván Duque con la convocatoria de un paro nacional, avanzaron en la preparación de esta acción unitaria de masas definiendo 13 ejes temáticos en la construcción de un pliego nacional que recogió e incorporó la voz y las propuestas de los sectores de sus territorios.
Se planteó como objetivo la confrontación al paquetazo neoliberal (reformas laboral, pensional, tributaria y Holding Financiero) como imposición del Fondo Monetario Internacional, FMI, el Banco Mundial y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE; así mismo exigir el respeto a la vida, denunciando el asesinato de líderes sociales; la defensa de los acuerdos de paz demandando la implementación inmediata de lo pactado y la reanudación de conversaciones con el ELN.
El paro nacional del 21 de noviembre fue el inicio de la más importante y contundente expresión de rebeldía y resistencia popular en la historia reciente del país, pues marcó la ruta de afirmación de múltiples manifestaciones como marchas, cacerolazos, velatones, conciertos, plantones, mítines y bloqueos de vías, como expresiones de las luchas y las reivindicaciones de los trabajadores, estudiantes, campesinos, indígenas, afrodescendientes, mujeres, jóvenes, ambientalistas y pensionados, expresadas en el paro del 4 de diciembre y continuadas en días posteriores, como parte de la movilización nacional permanente.
El Comité Nacional de Paro ha logrado congregar y articular organizaciones sindicales, sociales y populares, dejando abiertas las puertas a nuevos procesos de luchas de otros sectores en conflicto. Asimismo, avanzó en la construcción colectiva del Pliego Nacional en perspectiva de una negociación con el Gobierno nacional, quien se niega a escuchar el clamor popular al plantear una “conversación nacional”, unilateral, para imponer sus políticas regresivas.
En las tres reuniones realizadas por el Comité Nacional de Paro con los delegados del Gobierno, no se ha registrado ningún avance, pues la estrategia de dilatar por vía de reuniones exploratorias, va en contravía de la exigencia de instalar la mesa de negociaciones. Al mismo tiempo reclama el cese inmediato del trámite y presentación de proyectos de ley de la agenda económica de Duque, ya que en medio del Paro Nacional y de multitudinarias movilizaciones, el presidente armó una alianza clasista de apoyo y firmó el Decreto 2111 del Holding Financiero y logró la aprobación de las reformas laboral y tributaria en primer debate en las Comisiones Económicas del Senado de la República y la Cámara de Representantes.
Esto constituye una burla al pueblo movilizado. Además, debido a la permanente violación de los derechos humanos, la acción represiva y criminal del Esmad, que ha dejado un saldo de personas detenidas, heridas, y el asesinato del estudiante Dilan Cruz, es necesario acudir a la ONU para exigir garantías para ejercer el derecho constitucional a la protesta social.
La respuesta del Gobierno, debido a la presión del capital financiero y del gran empresariado, ha consistido en dilatar soluciones y tratar de embaucar a la opinión pública, mientras que en el parlamento avanza la aprobación de los proyectos de leyes que benefician al gran capital y que lesionan los ingresos de los asalariados y aumentan los impuestos a la clase media.
Esta coyuntura política, una vez más está demostrando cómo la burguesía, independientemente del partido político en que milite, cuando se trata de defender su capital y su patrimonio, actúa unida.
Una prueba de esta conducta la tenemos en lo acontecido en el parlamento: los representantes y senadores conservadores, liberales, vargaslleristas, uribistas, y demás politiqueros están aprobando lo que los burgueses que financian sus campañas les exigen. Ante esta alianza de clases del curubito de la sociedad, la respuesta debe ser: intensificar las movilizaciones masivas pacíficas de las llamadas clases subalternas, asalariados, estudiantes y académicos progresistas.
De manera singular debemos destacar la imperiosa necesidad que las combativas mujeres colombianas, incrementen sus movilizaciones y radicalicen sus campañas para reclutar más sectores femeninos que salgan a la calle a exigir sus reivindicaciones y potenciar esta lucha de posibilidades inéditas.
Es la hora de los hornos, por tanto, el pueblo explotado y excluido y los demócratas en general, deben hacer su contribución para dimensionar aún más la movilización y así lograr los justos objetivos de este paro nacional.
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