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Saludo de Navidad y Año Nuevo del Partido Comunista Clandestino Colombiano (PC3) // Bolívar vive, la


Saludo de Navidad y Año Nuevo del Partido Comunista Clandestino Colombiano (PC3)

Compañeros y compañeras del campo y de las ciudades colombianas, reciban el abrazo de las festividades navideñas y de fin de año, con los deseos de que crezca la protesta social y la lucha por las reivindicaciones más sentidas de las mayorías populares en el 2020. Nuestro saludo revolucionario, marxista-leninista y bolivariano, lo extendemos, especialmente, a la militancia comunista de nuestro país y del contexto internacional.

Escribimos esta nota con el propósito fundamental de expresar nuestros buenos deseos de bienestar y éxito a los pueblos que luchan por su libertad, de dar noticia de la permanencia del proyecto revolucionario del Partido Comunista Clandestino Colombiano (PC3) y de dejarles la reiteración de nuestro compromiso emancipador con el convencimiento de que nunca será demasiado tarde para luchar en nombre de los vencidos y condenados de la tierra; nunca estará de más, tener la virtud y el coraje de levantarse contra la tiranía de la realidad, contra la civilización burguesa y sus destructivas ilusiones de progreso, mirando en que por poderosos e indestructibles que se nos presenten los opresores, la fuerza de los revolucionarios no está propiamente en sus recursos materiales, generalmente inferiores, sino en su fe, en su pasión, en su subjetividad, en sus convencimientos, en su capacidad de entrega y en su voluntad de lucha.

Es, sin duda, una fuerza que podrían catalogar algunos, peyorativamente, de espiritual y mística, seguro; pero se trata de una poderosa fuerza humana, la muy humana y terrenal fuerza de la conciencia revolucionaria.

¿Qué sentido tiene, entonces, la persistencia de un Partido insurgente, como el nuestro, aún si pareciere que no cuenta de momento con capacidad de constituirse en guía de una revolución social? Tiene el sentido del influjo moral que representa la perseverancia en medio de las adversidades, más allá de la propaganda de quienes de uno u otro lado, de buena o de mala fe, nos adversen señalándonos como intransigentes y sectarios, como dinosaurios y anacrónicos.

Nuestro deber es perseverar y seguir perseverando, organizar paso a paso, fortalecernos, integrarnos a los frentes de masas al calor de los combates, sin sumisión, disputando ideologicamente, y con el peso del ejemplo, de la teoría y de la acción revolucionaria, cada espacio político; poniendo freno al reformismo y a la politiquería policlasista que adormece y posterga el cambio.

Y no se trata de cimentar odios y violencia sin sentido, porque, ahí sí, parafraseando al poeta y camarada de Parral, Pablo Neruda, sufrimos y amamos como cualquiera otra persona del común, y como tales amamos y defendemos causas profundas, padeciendo como propios los dolores ajenos y la condición humillada de los pueblos; sintiéndonos con el deber y el honor de tomar partido en el recinto cerrado y en la calle, en el debate y en el combate, del lado del débil y del ofendido, del lado del pobre y del excluido, sin vergüenza ni susto de que nos llamen insurgentes o disidentes, porque efectivamente somos irreverentes y subversivos; porque somos palabra incómoda, rebelde, andrajosa y descalza, que camina a contra corriente de la cultura hegemónica y de la mansedumbre.

Somos lo que queremos ser y no lo que otro desde sus ínfulas de poder nos impone, y por dignidad ni ofendemos ni tememos, aunque nos toque escupir esquemas, porque esperamos, anhelamos, luchamos y tenemos certeza de los cambios que se necesitan y que vendrán para redención de los oprimidos con la fuerza de la resistencia y la triple audacia de sí mismos, conjugando el internacionalismo y la solidaridad que expresen el dolor por el sufrimiento ajeno.

Y porque odiamos el odio y declaramos la guerra a las guerras injustas que sin pudor imponen los oligarcas mientras critican y objetan la violencia del más débil; y porque creemos en la posibilidad de lo imposible y en aquello de que la primavera es insurreccional, decimos ahora siempre; y más ahora que siempre con el calor de la protesta popular que hierve en las calles de Colombia, en cada latitud de la inconformidad nuestramericana, que creemos y seguiremos luchando por la causa del socialismo, por la causa el comunismo y de una sociedad sin explotadores ni explotados que acabe de una vez por todas con las miserias del capitalismo y de su decrépita presencia imperial.

¡Con Bolívar, con Manuel, con el pueblo, al poder!

¡Mientras haya voluntad de lucha habrá esperanza de vencer!

Fraternalmente,

Partido Comunista Clandestino Colombiano (PC3)

Diciembre de 2019

https://www.lahaine.org/mm_ss_mundo.php/saludo-de-navidad-y-ano-1

 

Bolívar vive, la lucha sigue

A 189 años de la desaparición física del Libertador Simón Bolívar, las FARC-EP (Segunda Marquetalia) rinden homenaje al Gran Héroe depositando en su tumba un ramillete de esperanzas en la Gran Nación de Repúblicas hermanas de sus sueños, concebida como garantía de independencia y libertad frente a las pretensiones neocoloniales del terrible monstruo del Norte que mostraba las garras de su ambición con la Doctrina Monroe y su Destino Manifiesto. Aun resuenan en el firmamento latinoamericano y caribeño sus exhortaciones a la unidad convertida en divisa para enfrentar y vencer a opresores poderosos. “Unidos seremos fuertes y mereceremos respeto; divididos y aislados, pereceremos”, era su sermón de la montaña que aun pugna por anidar en el corazón de Nuestra América. “La unión es lo que nos hace falta para completar la obra de nuestra regeneración. Una sola debe ser la patria de todos los americanos. La América así unida (…) podrá llamarse la reina de las naciones y la madre de las repúblicas”. Ese era su más esplendoroso proyecto estratégico e intentó darle vida y forma en el Congreso de Panamá, hoy convertido en una victoria postergada que habrá de triunfar en el campo de batalla del nuevo Ayacucho de nuestra definitiva independencia. Toda nuestra admiración, para el Bolívar político alfarero de Repúblicas sin desigualdades ni esclavitudes, el estadista apasionado por la educación de las nuevas generaciones en vuelo hacia el futuro de libertad, el admistrador pulquérrimo de la hacienda pública, el enemigo de la corrupción de los gobiernos y de la impunidad, el Bolívar democrático y antiimperialista. Nuestra admiración para el Bolívar que nunca han querido las oligarquías santanderistas del continente que fingen rendirse ante el Bolívar guerrero, pero que relegan al ser político y justiciero que quería dignidad para los de abajo. Bolívar quiere -decían, y aún lo perciben así- “provocar una guerra interior en la que ganen los que nada tienen, que siempre son muchos, y que perdamos los que tenemos, que somos pocos”. Vaya si estaban molestos con esa potencia moral que tronaba: “yo antepongo siempre la comunidad a los individuos”. “Sea lo que fuere, no nos hallamos ya en los tiempos en que la historia de las naciones era escrita por historiógrafos privilegiados a los cuales se les daba plena fe sin examen… Son los pueblos los que deben escribir sus anales y juzgar a los grandes hombres –decía Bolívar-; venga, pues, sobre mí el juicio del pueblo colombiano; es el que yo quiero, el que apreciaré, el que hará mi gloria”. Desde el cielo el Libertador aplaude el despertar de las conciencias y la rebeldía de los pueblos de Nuestra América contra la tiranía económica de los malos gobiernos. Somos la historia que se está escribiendo; si marchamos juntos contra esas tiranías, si persistimos en la lucha, TRIUNFAREMOS. FARC-EP La lucha sigue (Segunda Marquetalia)

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=263601&titular=bol%EDvar-vive-la-lucha-sigue-

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