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Solidaridad

No de ahora, sino siempre hemos dicho como concepción política que una de las diferencias irreconciliables que existe entre quienes buscamos la transformación revolucionaria de la sociedad y quienes defienden el actual sistema, entre socialismo y capitalismo, entre revolución y barbarie, es la SOLIDARIDAD.

Cuba nos acaba de dar una lección más, como cientos de veces lo ha hecho, desatando un vendaval de solidaridad frente a la crisis sanitaria mundial. No dudaron en recibir un crucero inglés que no quería ser recibido en ningún puerto capitalista, no han perdido tiempo y decenas de médicos cubanos se han enfilado hacia distintos países para apoyar la lucha contra el covid-19, pero fundamentalmente, con esas grandes lecciones de humanismo, su lucha es contra un modo de producción inhumano que privilegia la ganancia de unos pocos sobre la salud de millones, el capitalismo.

Solidaridad como insignia, como valor construido en el socialismo a pesar del brutal bloqueo de los EE.UU.

Y es que la solidaridad es un valor y principio que se construye políticamente y que se convierte en arma ideológica, es un quehacer colectivo para enfrentar el individualismo, el egoísmo, la opresión y la explotación que son égida en la forma económica imperante, el capitalismo. Y no son solo palabras los difíciles momentos por los que atraviesa la humanidad nos muestran a diario ello.

A los primeros anuncios de la crisis sanitarias hordas de mezquinos seres humanos colmaron las grandes cadenas de supermercados comprando a dentelladas mercancías para satisfacer su ego de consumismo, papel higiénico fue el símbolo de ello y en los EE.UU no podía esperarse menos, incremento inusual de compra de armas.

Y que se puede esperar de esa gente, si los gobiernos que responden a un Estado y a una clase en el poder, la burguesía, lo primero que se han preocupado es de garantizar la funcionalidad del aparato productivo en manos de esa clase, que como todos sabemos lo que busca es la ganancia individual frente a la producción social, para nada les ha importado la salud de los y las trabajadoras.

Los gobiernos lo primero que se han preocupado con sus medidas es beneficiar a los de siempre a las clases dominantes, en el caso ecuatoriano esta semana se realizo un millonario desembolso de pago de la deuda externa al FMI, desesperados colocan un Ministro de Trabajo patronal para asegurarse medida en detrimento de los derechos de los trabajadores.

Hoy se cosecha las bondades del modelo neoliberal por doquier se encuentra un sistema sanitario desmantelado, donde los recursos se han reducido a migajas, miles de trabajadores (médicos, enfermeras, paramédicos y más) del sistema de salubridad fueron echados a la calle, y los sistemas de salud privado beneficiados por esta situación no dejan de enriquecerse a costa de la salud en la crisis.

Por ello frente a la crisis sanitaria mundial quienes luchamos por construir una sociedad nueva, socialista debemos generar solidaridad como arma política que confronte el sistema; las organizaciones, partidos, movimientos revolucionarios debemos promover acciones de solidaridad concreta con nuestros hermanos de clase y dentro de ellas con las personas más indefensas, los habitantes de la calle, los trabajadores autónomos, las personas privadas de la libertad.

Es necesario tejer redes de solidaridad, de organización para defender los derechos de los trabajadores y los pueblos, prepararnos para una importante lucha que se avecina y que necesariamente se desatará frente a la indolencia del Estado burgués y su forma económica capitalista.

En el tiempo del Mushuk Nina (año nuevo andino) la solidaridad es nuestra bandera de organización y lucha, la solidaridad es una construción colectiva que nos anuncia nuevos tiempos y grandes luchas por la liberación y el socialismo.

Colectivo Editorial ABP Ecuador

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