LA DEUDA O LA VIDA
La emergencia sanitaria en el Ecuador continúa, a esta altura son más de mil contagiados, hay decenas de muertos y son pocas las personas que logran recuperarse. El coronavirus se expande mientras es cuestionado el liderazgo del gobierno de Moreno, pues las medidas para enfrentar la pandemia son insuficientes y no logran detener su propagación.
La cuarentena que es la principal forma de prevención no logra activarse completamente, pues las necesidades materiales superan a la disciplina ciudadana. Las actividades productivas y comerciales de una gran parte de la población desafían el aislamiento social, esas miles de personas que viven en condiciones de pobreza (comerciantes minoristas, jornaleros, vendedores ambulantes, obreros contratados temporalmente) siguen en las calles tratando de ganarse el pan diario para alimentar a sus familias, aunque arriesguen la vida.
La vulnerabilidad que sufren estos semiproletarios también se proyecta a las condiciones precarias del sistema de salud público. Allí los recursos son escasos para enfrentar el COVID-19, debido a que en más de una década se incumple con el mandato constitucional de invertir al menos el 4% del Producto Interno Bruto.
El demagógico discurso de Moreno y su gabinete, de que el país está preparado para enfrentar el coronavirus, no puede tapar el sol con un dedo, pues escasean las canastas solidarias para los más vulnerables y hacen falta insumos, reactivos, medicinas o equipos que mejoren las capacidades operativas del ministerio de salud.
Mientras eso ocurre, el régimen acaba de pagar puntualmente y con premio un tramo de los llamados Bonos Global 2020. Por esa deuda externa cotizada en los mercados internacionales en $139 millones, Moreno pagó $324 millones, es decir $185 millones más de lo que preveían ganar los chulqueros.
No hay duda para quiénes gobiernan las élites, tampoco sobre cuál es su prioridad, tan sólo ratificaron su naturaleza burguesa y servil. Por ahora el dogma neoliberal se impuso por sobra la emergencia sanitaria, aunque el gobierno ofrezca endeudarse más para enfrentar la pandemia.
Momentos extraordinarios como este, demanda de medidas extraordinarias, por lo que el pago de la deuda debe ser aplazado. Con esa plata de la moratoria se podrá vencer al coronavirus. Es hora que el pueblo exija.
Francisco Escandón Guevara
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