Dolores rebeldía y amor.
Mamá Dulu nació en el año de 1881 en el Latifundio de San Pablo-Urco en Santo Domingo de Cayambe, desde niña sintió el maltrato en carne propia y vio como los indígenas eran sometidos a largas jornadas de trabajo, a vejaciones de tal índole que no se los consideraba seres humanos, sino “bestias” nacidas para sufrir.
Desde pequeña la rebeldía y tesón de su carácter se destacó, su alma inquieta la motivo a salir de ese espacio nocivo y se trasladó a Quito donde trabajó de empleada doméstica en casa de un militar, allí aprendió a hablar español y escuchó lo que pasaba en el Ecuador de ese entonces, Dolores escuchó de un “indio Alfaro” entonces ahí pensó: “Ese Alfaro nos va a ayudar porque es runa como nosotros”.
Así poco a poco fue construyendo su conciencia política, con todas las limitaciones materiales que podía tener una mujer pobre, analfabeta e indígena, su pensamiento fue la herramienta más clara y precisa, su mejor guía para luchar por los cambios que visionó.
En 1931 participó en un alzamiento de la Hacienda Olmedo donde las mujeres tuvieron un rol protagónico aún a costa de sus vidas, teniendo como tareas el espionaje, reclutamiento y defensa sin miedo a las balas que llovían de parte de los patrones y soldados.
A raíz de este hecho se formaron los primeros sindicatos indígenas del Ecuador en Cayambe: “Tierra Libre”, “Pan y tierra” y “Moyurco”. Así Dolores fue activista en “Tierra Libre”. Ese mismo año ayudó a Jesús Gualavisí en la organización del I Congreso Indígena del Ecuador que se llevaría a cabo en dicha población y que sería truncado por el gobierno de Isidro Ayora.
Fue activista en la campaña presidencial del Dr. Ricardo Paredes en 1934 y participó a una reunión de cabecillas que cimentó las bases para consolidar la unidad a nivel nacional del Partido Comunista del cual fue parte Dolores. En 1942 preparó en Cayambe el recibimiento de Vicente Lombardo Toledano, presidente de la Confederación de Trabajadores de América Latina CTAL.
Después de la histórica visita de Lombardo Toledano, la escritora ecuatoriana Raquel Rodas menciona lo siguiente:
Dolores tuvo un proceso de rápido crecimiento en su desenvolvimiento público. Ella poseía una gran capacidad de aprendizaje, reflexión y expresión. Con el apoyo de los camaradas incrementó su formación política y desenvolvimiento personal. Pasó de ser la mujer sufrida, abrumada por su condición de mujer pobre y analfabeta, a la líder segura, altiva, clara y contundente (Rodas, 2007, p. 66).
EL 28 de mayo de 1944 Mama Dulu encabezó el asalto al Cuartel “La Remonta” de Cayambe, centenares de indígenas de las comunidades rodearon el cuartel hasta la noche para presionar la caída del régimen de Arroyo del Río. Es por eso que cuando Velasco Ibarra viajaba a Quito saludó con Dolores y los demás cabecillas desde el balcón municipal; por primera vez el pueblo indígena participó como actor en una transformación política nacional.
En julio del mismo año participó en el Congreso de Trabajadores del Ecuador. En agosto reunió a los delegados de las diversas comunidades indígenas de la sierra y aprobaron los estatutos de creación de la Federación Ecuatoriana de Indios. Jesús Gualavisí fue designado Secretario General de la FEI y Dolores le reemplazó al poco tiempo en tan dura lucha.
Ese mismo año continuó consolidándose como una líder ahora de carácter internacional pues fue invitada al Congreso Latinoamericano de Trabajadores organizado por la CTAL que se realizó en la ciudad de Cali, junto con otros líderes sindicalistas como Pedro Saad y Nela Martínez. Era la primera vez que una indígena podía exponer a la conciencia latinoamericana la realidad que vivían los trabajadores del campo:
Allí en Congreso de Cali todo planteé, para que conozcan cuál es la situación de los indios. Todo dije. Cómo hemos sufrido, cómo hemos llorado. Hecho una lástima por servir de huasicama, de vaquero, a punte palo. Nosotros necesitamos tierra, necesitamos casita, necesitamos qué vestir, qué comer, qué alimentarnos. Somos humanos, queremos que nos traten bien, así dije, todo eso dije en Congreso de Trabajadores.
Mama Dulu se convirtió en la voz de los callados, esa voz que transgredía como látigo ante las injusticias, Dolores fue una líder de grandes cualidades, oradora y muy inteligente que no solo cautivó a su pueblo indígena con la palabra y las acciones, sino también a los estudiantes, trabajadores y a las mujeres. Dolores es la voz del páramo que retumba por su fuerza y determinación.
1. Palabras de Dolores Cacuango pronunciadas en el Congreso de la CTAL realizado en la ciudad de Cali en el año de 1944.