PAQUETAZO RECARGADO // ESCLAVITUD MODERNA
PAQUETAZO RECARGADO
El escenario del coronavirus, las miles de muertes y contagios, está siendo usado maquiavélicamente por el gobierno de Moreno para imponer las medidas neoliberales condicionadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Por iniciativa del régimen y con complicidad de los asambleístas, días atrás, se impuso un paquete de reformas laborales que afectan a los trabajadores del sector privado, pues la Ley de la esclavitud faculta a los empresarios, entre otras cosas, a reducir el salario hasta en un 45%. Horas después, los mismos partidos del pacto empresarial burgués legalizaron que los dineros del IESS puedan ser usados por el Ministerio de Finanzas poniendo en riesgo el sistema de seguridad social que no le pertenece al gobierno, sino a los afiliados, jubilados y pensionistas.
Pero el paquetazo no termina allí. Moreno, en la reciente aparición en cadena nacional, anunció nuevas medidas económicas a nombre de reducir el déficit fiscal de USD. 12000 millones.
La reducción de la jornada de trabajo y de salarios también se impondrá a los trabajadores y servidores del sector público. Las contribuciones que Moreno planteaba en la Ley de Apoyo Humanitario se consumarán vía Decreto Ejecutivo: a los maestros se les recortará el 12,5% del salario, a otros dependientes del poder ejecutivo la reducción será del 25%, aunque se exceptúa de esta incautación a trabajadores de la salud, policía y fuerzas armadas.
Junto a la reducción salarial, el gobierno insiste en despedir 8000 funcionarios del Estado y retoma la liberalización del precio de los combustibles, que en palabras castizas constituye la eliminación del subsidio de los combustibles, tal cual pretendió hacerlo con el Decreto 883 que fue derrotado por el Levantamiento Indígena y Popular en octubre pasado.
Nadie puede negar la profunda recesión económica que impacta al Ecuador, pero tampoco se puede facturar el costo de la crisis a los trabajadores. Mientras piden comprensión a las medidas anunciadas, la corrupción sigue y las élites son beneficiadas con leyes que les permiten sobre explotar trabajadores y evadir contribuciones económicas.
Resucitar el paquetazo acordado con el FMI es un error, la nueva realidad después del coronavirus exige medidas extraordinarias, no las mismas. Ahora el pueblo deberá decidir entre los intereses de las élites o su vida.
ESCLAVITUD MODERNA
La pandemia del coronavirus arroja un saldo de muerte, enfermedad y hambre que no logra ser resuelta por Moreno, cuya ineficiencia es responsable de la crisis humanitaria, de la corrupción y del desacierto neoliberal.
La Ley de Apoyo Humanitario, aprobada en la Asamblea Nacional, es el reflejo genuino del gobierno. Luego de reiterados aplazamientos en la votación legislativa y de dudosas negociaciones para alcanzar la mayoría: Alianza País, CREO del banquero Lasso, la Izquierda Democrática, junto a asambleístas de otros movimientos locales pisotearon los derechos de los trabajadores.
En la parte esencial de la ley sancionada se desregulariza el concepto de salario básico (en adelante el empresario dispondrá cuánto ganará el obrero), se autoriza además la reducción de la jornada de trabajo con remuneraciones y aportaciones al IESS proporcionales, las vacaciones dejan de ser un derecho y pasan a definirse según el arbitrio del empleador, los contratos a prueba se extienden de 3 meses hasta 4 años desprovistos de derechos e incluso se admite el despido sin más.
Las pequeñas concesiones como la estabilidad de los trabajadores de la salud o la formalización laboral de postgradistas no se compadecen con la precarización que quiere imponerse, con el régimen de esclavitud moderna.
Los empresaurios festejan porque acumularán mayor riqueza producto de la explotación laboral y también porque lograron evadir las contribuciones obligatorias e impuestos a la plata escondida en paraísos fiscales.
Tan demagógicos fueron los discursos electorales del millón de empleos como el intento de sacralización de Rafael. El pueblo no debe olvidar que el correísmo también proscribió derechos laborales.
Quien tenga memoria histórica recordará la Ley de Educación Intercultural que prolongó las jornadas de trabajo de los maestros con salarios congelados por cerca de una década, la Ley de Servicio Público que anuló la carrera administrativa, el Decreto Ejecutivo 813 que legalizó el despido arbitrario de profesionales, las enmiendas Constitucionales con las que Correa coartó la contratación colectiva, la organización sindical y recortó utilidades.
No hay duda, la lucha de clases entre obreros y burgueses se agudizará. Nada fue regalado a los trabajadores, sus derechos y victorias son expresión de su unidad y lucha.
Francisco Escandón Guevara
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