Benedicto González y Andrés París se pronuncian sobre expulsión de FARC | Entrevista exclusiva para
ABP-Noticias tuvo la oportunidad de conversar con Benedicto González desde el ETCR de Tierra Grata (Cesar, Colombia) y con Andrés París quien respondió desde Bogotá. González y París fueron expulsados recientemente del Partido FARC por un sector de la dirección. En esta entrevista los dirigentes políticos expresan su postura ante este hecho y reflexionan sobre los debates internos que existen en el partido.
ABP: ¿Qué motivos argumenta el sector de la dirección del partido que votó a favor, que justifique la expulsión de miembros históricos y reconocidos en los diversos espacios de la lucha?
Benedicto González: Los motivos del sector de la dirigencia del partido FARC, encabezada por Timochenko y Carlos Antonio Lozada, son de diversos tipos, pero fundamentalmente centran su argumentación en que se está dividiendo al partido o que se están haciendo prácticas de división. Sin embargo, en el fondo lo que hay en realidad son debates no resueltos. Son debates profundos que vienen desde la décima Conferencia realizada en septiembre del 2016 alrededor de la firma del acuerdo, no solo de los contenidos sino fundamentalmente de la metodología de la firma del acuerdo, del cómo y que han persistido hasta nuestro días pero que están agravados porque hoy la configuración y la dinámica del partido no es igual a la estructura de lo que fue las FARC. Sin embargo esta dirigencia o este sector de la dirigencia del partido, encabezada por Timochenko, siguen pensando que la política tiene la misma lógica de lo militar y eso no es cierto. El ejercicio político es un ejercicio democrático donde todas las expresiones deben tener la posibilidad de expresarse, y hacer sus planteamientos, y se les debe respetar independientemente de que no se les comparta. En este caso son planteamientos de fondo, programáticos incluso. Nosotros hemos colocado en nuestro pronunciamiento público algunos, como por ejemplo la posición frente a las multinacionales mineras, de la palma y otras que mucho daño le han hecho a las comunidades en los territorios a nivel ambiental, social y político. Por ejemplo la actitud y la posición de este sector frente a los militares, a las fuerzas militares, que están relacionadas directamente con el paramilitarismo, con las desapariciones, con los falsos positivos y recientemente con hechos graves de corrupción. Y un tercer ejemplo podría ser esto que está ocurriendo con el sindicato de los escoltas excombatientes, que son los que están encargados de proteger o dar seguridad a los antiguos mandos de la insurgencia. Una directriz de dividir el sindicato; hemos planteado que en la historia de los movimientos revolucionarios nunca se ha desarrollado ni se ha aceptado el paralelismo sindical.
Eso son cosas de fondo que nos dividen y en las cuales jamás podríamos tener coincidencias, por ejemplo que la actividad parlamentaria sea el centro de la acción política del partido y no la acción de masas, la acción de calle, lo cual sería prácticamente el abandono de una tradición histórica que nos caracterizó siempre por promover la movilización campesina, indígena, estudiantil, juvenil y hoy se ha abandonado, se han abandonado esos escenarios.
Entonces por mucho que se intente argumentar por un lado, que se intenta dividir al partido desde estas posiciones críticas pero además con calumnia, señalamiento y estigmatización, que es peligrosa, es que todo aquel que haga una crítica, todo aquel que haga un planteamiento divergente es porque está bajo las órdenes de la Segunda Marquetalia, de la insurgencia que lidera en este momento Iván Márquez y Jesús Santrich.
Eso es no solamente peligroso, sino que además genera un ambiente complicado en un país como Colombia donde por menos que eso te asesinan.
ABP: Sabemos que este tipo de acciones no se pueden tomar si no han sido procesadas debidamente por una comisión ética. ¿Por qué cree que esta expulsión se dio en este momento?
Andrés Paris: Lo primero que hay que afirmar es que las llamadas expulsiones, si bien fueron aprobadas en el consejo político nacional por una apretada mayoría, aún no ha producido la resolución pública que nos comunique el hecho. Mientras tanto seguimos siendo de la dirección nacional del partido FARC. En segundo término conocimos de esta ruta sancionatoria contra nosotros, gracias a una filtración que hubo al noticiero CMI. A partir de ahí lo que se observan son ilegalidades en el procedimiento sancionatorio. Pero lo más importante es auscultar las razones de estas sanciones, y detallar el estado actual de cada uno de los cuatro afectados con la expulsión. El documento de la comisión de ética que se filtró tiene otros nombres que recibieron sanciones dentro de los cuales hay senadores y otros destacados dirigentes del partido de la rosa.
Tres de los sancionados por decisión de Timochenko han sido desvinculados en la práctica de la actividad política, no se les encuentra un lugar dentro del partido, no se vela por ellos en cuanto a su situación económica, a pesar de que podrían ser excelentes dirigentes en algunas tareas y algunas instancias del partido como son el caso de Benedicto, de Fabián y de París. Llama la atención la expulsión de Pablo Atrato, que es el único que tiene altas responsabilidades como director de la Cooperativa del Común que es la destinada a recolectar los recursos económicos para viabilizar los distintos aspecto de la reincorporación de los excombatientes. Se observa que esta expulsión tiene el afán de recuperar, para Timochenko, la mayoría que perdió en la junta directiva de ECOMUN, que siendo un organismo creado por el acuerdo, tiene autonomía en tanto que su estructura corporativa corresponde al sistema corporativo nacional y no a las estructuras del partido.
Con la salida de Rafael Malagón de la junta directiva de ECOMUN, señalado de muchas irregularidades al frente de la secretaria de esa organización, Timochenko perdió un puntal fundamental. Por eso, pienso yo que su estrategia fue no expulsar solamente a Atrato, entonces ahí recurrieron a hacer un solo paquete, metiéndonos a los cuatro , para ocultar el propósito principal de toda esta purga.
Es obvio que todo tiene un fondo ideológico y político pero esta gente carente de esos niveles ideológicos y políticos se inspiran más bien en el manejo de la estructura del partido y la hegemonización de las herramientas de la implementación para recoger los recursos económicos y distribuirlos y manejarlos dentro de lo que es ya común escuchar como "La Rosca".
Han sido reemplazadas las estructuras tradicionales marxistas-leninistas por estructuras clientelares personales y ese es el afán, digo yo, de las expulsiones. Vienen otras cadenas de cargos que apuntan también a mediano plazo a las elecciones próximas donde se renovará el congreso y desde ya obviamente se observa como Timochenko quiere poner gente de él, retirando los actuales senadores Benkos y Victoria Sandino.
Igualmente lo actuado para la recuperación de la curul de Santrich. Ahí obviamente se ve ese nicho como una caja menor para recoger los recursos para su sector y para su grupo. Es decir, esta purga oculta la pobreza de espíritu, el bajo nivel político y los continuos errores estratégicos del partido FARC.
ABP: ¿Qué le pueden decir a la militancia que los respeta y ha seguido su trayectoria histórica? ¿Qué sigue para el partido?
A. P.: La verdad es que hemos recibido la solidaridad a través de los medios, de las redes sociales de muchos compañeros, miembros del partido comunista e integrantes de distintos ETCRs y compañeros de Corpo-Reconciliación y amigos de la vida, que han expresado gran preocupación por los efectos que la expulsión del partido tenga para nosotros en los acuerdos de la reincorporación. Este es un aspecto que ellos también lo calcularon. Nosotros conocimos a tiempo ya, hace más de un año la pretensión de lograr la expulsión para asegurar que se nos retiraran los esquemas de seguridad, que perdiéramos la renta mensual que se entrega, y bueno, todos los beneficios que entrega la reincorporación a los excombatientes. Enterados nosotros de esta situación, en las comunicaciones que hemos tenido con el Gobierno hemos preguntado que no es posible ligar la militancia a un partido al compromiso del Gobierno de cumplir con lo pactado en La Habana.
Efectivamente el Gobierno señaló que ellos exigirían el cumplimiento de lo pactado y no la militancia que es asunto de la autonomía y la soberanía política de cada uno. Entonces realmente estas sanciones impactan y producen miedo en círculos amigos, e incluso en militantes de la rosa a los cuales se les pretende subyugar y hacer que se pierda en nuestra gente el espíritu crítico de la militancia.
ABP: ¿Qué creen que puede pasar con la militancia del partido si se dan más expulsiones y sanciones de este tipo?
B.G.: Sancionar con expulsión a cuadros destacados de la lucha como Andrés Paris, un hombre que ha participado en cuatro procesos de diálogos de las FARC, La Uribe, Tlaxcala y Caracas , El Caguán y La Habana, le dan una gran trayectoria.
Fabián Ramírez que estuvo en la dirección máxima del Bloque Sur de las FARC, uno de los bloques más antiguos y combativos y el propio Ubaldo Zúñiga, quien en la insurgencia llevó el nombre de Pablo Atrato.
Es un trato mezquino además injusto contra personas que le ofrendaron su juventud y su vida entera a la lucha revolucionaria y armada. Los partidos políticos no resuelven sus diferencias echando a aquellos militantes y dirigentes que tienen posiciones divergentes. Esas diferencias se resuelven en el debate y se permite la opinión, si no hay consenso se permite también el disenso y eso es lo que nosotros estamos exigiendo, que se genere al interior del partido FARC un ambiente que posibilite tener posiciones distintas a las de Timochenko y Carlos Antonio Lozada, sin correr el riesgo de ser señalados y mucho menos marginados y expulsados.
En nuestro pronunciamiento hemos señalado con precisión que en el trayecto de la firma del acuerdo hasta hoy hemos perdido más del 50% de la gente que militó con el movimiento insurgente en sus diferentes formas organizativas o estructuras, llámese el ejército revolucionario en armas, llámese la milicia, el Partido Comunista Clandestino o el Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia. Más del 50%. Ese balance debería hacerse con mucho juicio como también debería hacerse el balance de cuál ha sido también la pérdida de la incidencia en el movimiento popular y social, que tenía las FARC y que hoy no tiene el partido de la rosa.
Por supuesto que si se sigue tratando a la gente de esta manera no solamente mucha militancia se va a seguir yendo del partido FARC sino que un partido con esas características y actitudes no es atractivo para los sectores sociales, para que se vinculen a sus propuestas y acepten su militancia.
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