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Algunos elementos de orientación frente a la próxima coyuntura electoral


A las puertas de una nueva coyuntura electoral, que se desarrollará en medio de una profunda crisis ética, moral y económica esta última arrastrada desde 2015, y, agravada por la emergencia sanitaria del COVID 19, lo que hará de esta crisis la peor que se ha enfrentado en el país y la peor que haya sufrido el capitalismo desde la gran recesión de 1929. En este escenario la propuesta electoral que el movimiento indígena logre presentar a los ecuatorianos debe ofrecer alternativas firmes al neoliberalismo, a capitalismo inhumano y al viejo sistema político dominante.

La derecha ecuatoriana, con suficiente falta de escrúpulos, aprovechó para consolidar su control de todas las instancias de poder para imponer su modelo empresarial dejando a la ciudadanía a merced de la pandemia. Sin embargo, no pudieron ocultar la responsabilidad que tienen sobre la crisis, por lo que sus partidos políticos y sus principales figuras -sobre todo las viejas- sufren fuertes niveles de desgaste. Pero esto no significa que estén derrotados, en esta crisis han logrado reflotar su propuesta ideológica; esto es, el discurso neoliberal de que todo lo público estatal es sinónimo de ineficiencia y corrupción y que los empresarios y la forma empresarial privada son la única salida, sigue teniendo gran audiencia en la gente. Si bien, en octubre la derecha sufrió un duro golpe, con la pandemia lograron retomar sus iniciativas con nuevas coaliciones y sobre todo a nuevas figuras.

El correísmo, actor político nacional, tanto por la crisis económica como por la pandemia, y pese a las múltiples acusaciones de corrupción, ha sabido capitalizar el ánimo del descontento social, lo que podría darle serias posibilidades de recoger ese voto en las próximas elecciones. Frente a esto es necesario tener una estrategia clara que permita enfrentar este factor con solvencia política y organizativa, sobre todo porque el espacio electoral en disputa, el del descontento ante la crisis, va a ser el mismo, por lo que urge tener una visión clara de estrategia para no quedar atrapados y aislados entre la derecha y el correísmo.

En cuanto al campo popular, la situación es muy compleja y difícil. Octubre permitió a las organizaciones sociales, especialmente al movimiento indígena, ganar audiencia política en el país y posicionar con fuerza un discurso antineoliberal, y abrir espacios de reagrupamiento como el que apuntaba en Parlamento de los Pueblos y le permitía canalizar el descontento social en la disputa política contra el gobierno, proyectándole también con buenas opciones electorales, pero con la pandemia ese proceso ascendente sufre serios fuertes retrocesos. Aunque la pandemia permite al movimiento indígena poner en el escenario nacional las fortalezas de lo comunitario, las posibilidades de la pequeña producción y de los mercados locales, destacar la necesidad de organización, así como resaltar la gestión de algunos gobiernos locales, esto sin embargo tiene sus límites, sobre todo ante la arremetida de la derecha y el fuerte cerco mediático impuesto.

En este contexto, la situación del movimiento Pachakutik, que está por definir la propuesta electoral en base a cuatro de sus principales figuras: Jaime Vargas, Salvador Quishpe, Leónidas Iza y Yaku Pérez, pone en el escenario las tensiones que vive el movimiento. Para dar respuestas seguras el debate no debe limitarse a aspectos procedimentales o meramente técnicos.

Una de los valores fundamentales del movimiento es el sentido comunitario de su estructura social y política, por lo que la metodología de decisión, el consenso, e instrumentos de valoración de la realidad, las encuestas, deben someterse a valoraciones colectivas, sujetas no solo a una posibilidad de triunfo, sino, y sobre todo, al sostenimiento de la lucha y de ese triunfo.

Las encuestas son instrumentos valiosos para prever las opciones electorales, pero no son las únicas. La intención inicial de los votantes puede ser fácilmente revertida. La experiencia del Frente que candidatizó a Paco Moncayo es una prueba: las encuestas iniciales decían que podíamos pasar a segunda vuelta, pero el mal manejo de la campaña, la debilidad de la propuesta y la falta de unidad interna impidió un buen desempeño político y terminamos cuartos.

Bajo esta premisa consideramos que la propuesta electoral y particularmente la decisión de las candidaturas debe ser el resultado de:

1. Definir los elementos básicos de la propuesta frente a la crisis, y sobre todo la estrategia política electoral con la que se va a enfrentar la coyuntura. Esto es fundamental porque permitiría garantizar la unidad del movimiento, ya que este es un requisito básico, fundamental para enfrentar la lucha política que está por venir y las posibilidades electorales. Sin estos elementos terminaremos reduciendo el debate a aspectos personales del candidato.

2. Definir el marco y carácter de las alianzas políticas y sociales, tanto a nivel nacional, pero sobre todo a nivel local, ya que ésta última será, dada las caracterizas de la coyuntura, la que permita una mayor acumulación de fuerzas.

3. Los dos elementos anteriores son esenciales para garantizar la unidad del movimiento, que a su vez es la garantía vital del proceso, por lo que son los debates previos y necesarios para elegir los candidatos. El consenso es el procedimiento propio del sentido comunitario, por lo que debe ser la opción primera, pero los consensos se construyen, no son actos meramente morales.

4. Es necesario tener un acuerdo básico entre los precandidatos y las organizaciones de que sus actuaciones no ponga en riesgo la unidad del movimiento, ya que el consenso expresa la voluntad y decisión colectiva.

5. El compromiso de todos, pre candidatos y organizaciones de aceptar y cumplir los acuerdo, la propuesta y estrategia definida.

Desde el Pueblo Kitu Kara proponemos la urgencia de esté y otros debates que permita enfrentar el difícil momento en que se encuentra el país, garantizar la unidad interna, las posibilidades de una alianza amplia, una propuesta sólida y potente como garantías serias de una propuesta electoral con posibilidades de triunfo.

Por el Consejo de Gobierno

Fernando Cabascango Collaguazo

PRESIDENTE

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