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Colombia. La niña de los tenis blancos y el comandante Uriel del ELN // Cayó en combate el Comandant

Insurgente Tomás García Laviana // Vivian Fernandes / Kaos en La red




El comandante Uriel, mantendrá un vínculo vivencial con el interlocutor, permanecerá comprometido y asumiendo la batalla de ideas, unido con quienes levanta su grito ante la injusticia, como gesto rebelde, anhelante de vida digna, porque desde ahora soñamos en grande.


Como lo soñó hace más de cuarenta años Juan Manuel Sánchez Gordillo alcalde de Marinaleda (España),  esta comunidad es un ejemplo a seguir para millones de jornaleros y trabajadores en todo el mundo, en Marinaleda existe la utopía; ni una familia sin techo, ni una persona sin pan.


Como lo soñaron las Zapatistas del EZLN en México,  movimiento que se proclamó feminista, antipatriarcal y anticapitalistas,  en ese territorio rebelde  no existen feminicidios ni desaparecidas, en un país donde se registran once feminicidios diarios [1].  Sí existe la utopía.


Uriel guiado por el amor eficaz, heredado de Camilo el sacerdote, que se expresa en la cotidianidad de la vida junto a las comunidades en la lucha en defensa de sus territorios, sus culturas y autonomías.


El mensaje de Uriel es, ante las adversidades hay que templarse de valor, de dignidad y lucha, en las calles, en los barrios, en las universidades, en las redes sociales, en las veredas, en cada rincón.


Sí, querido Uriel, tu voz traspasó fronteras y esa es la rabia de la bestia dominante y la derrota del “señor molusco,  caballero lapa”, tu voz revive con mayor fuerza en la Patria Grande.


Entre todas y todos estás.


Hermano Uriel, el pasado 30 de octubre te vi en el barrio Santa Librada de la localidad de Engativá (Bogotá), caminabas  junto a la niña, la de camisa rosada, falda negra y tenis blancos, la del colchoncito en su hombro izquierdo, la desalojada con su familia que se dedica al reciclaje. Caminabas firme comandante,  haciéndole frente a la violencia estatal,  irreverente ante la insensibilidad social, ¡hipócritas! los que callan ante estas injusticias.


Allí se escucha tu voz viva  con la  consigna ¡JURAMOS VENCER! en coherencia con tu afirmación  “no somos infiltrados de la guerrilla en un barrio, somos pobladores barriales guerrilleros”.


A todos los amigos, artistas, periodistas, feministas, anarquistas, parceros, comunidad LGTBI, organizaciones hermanas revolucionarias nacionales e internacionales, agradecemos su complicidad solidaria y fraternidad ante la siembra del comandante Uriel.


Sus muestras de afecto reafirman nuestro consiga, ¡siempre junto al pueblo!


Esa cadena de afectos me inspiró para crear esta obra que titulé ´Somos la gente que deja huella´  dedicada a todas las rebeliones del mundo y en especial para las  hijas e hijos del comandante Uriel, para los presos políticos y sus compañeros de lucha cotidiana en el Frente de Guerra Omar Gómez.

En el siguiente enlace descargue: ´Somos la gente que deja huella´, compártela a la gente que lucha con el corazón.

Al “señor molusco,  caballero lapa” le seguiremos cantando la de Calle-13 “Nos duplicamos, como las células nos multiplicamos, el que no quiere caldo se le dan dos tasas, somos la levadura que levanta la masa”.


[1] Día de Muertas #NiUnaMás #NiUnaMenos,  e-consulta, 2-10-2020.  https://bit.ly/3kTJQX4

[2] Hombre que mira al tira que lo sigue, Mario Benedetti. https://bit.ly/3ejsGQe

Tomás García Laviana.

Flâneur del arte audiovisual, amateur de la fotografía documental e insurgente del Ejército de Liberación Nacional.




 

Colombia. Cayó en combate el Comandante Uriel, cumpliendo su destino


Vivian Fernandes / Kaos en la Red




San Paulo, una fina lluvia se apoderó del cielo, trayendo una sensación de humedad al aire, antes seco. Mirando los mensajes en una aplicación de teléfono celular, me encontré con una nota y un video, que traía la triste noticia de la caída en combate del Comandante Uriel, uno de los comandantes del grupo guerrillero más grande de Colombia, el Ejército de Liberación Nacional -ELN.


Inmediatamente, mi mente se transporta miles de kilómetros de distancia y casi puedo sentir la densa humedad del aire y el calor de la selva de nuevo en el lecho del Río San Juan en el Chocó, Colombia. Este es el lugar donde conocí al Comandante Uriel. Y el primer recuerdo de él, que me viene a la mente, es su amplia sonrisa, siempre cubierta por una máscara en las fotos públicas que circulan por Internet, este espacio que, al igual que la selva, también fue su campo de batalla.

Uriel era un entusiasta de las nuevas tecnologías y de la comunicación, herramientas tan poderosas como las armas que manejaba. Así, creó perfiles en las redes sociales para distribuir sus mensajes y fue uno de los pocos en el ELN que concedió entrevistas a los medios de comunicación.


Estuve en el Chocó, en la región de Uriel, en 2018, para visitar una zona guerrillera. Desde entonces, los recuerdos de esos pocos días en que estuve entre los guerrilleros del ELN marcan mi memoria y mi vida. Ahora, dos años después, leo la noticia de la caída de Uriel a través de la prensa, que trae el anuncio hecho por el Presidente colombiano Iván Duque, quien viajó al Departamento del Chocó el domingo pasado (25) para dar esta declaración. La muerte de Uriel fue considerada el mayor golpe a la guerrilla, desde que comenzó su Gobierno, en 2018.


La capital del Departamento, Quibdó, también fue visitada por el Procurador General de la Nación, Francisco Barbosa; el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo; y la cúpula de las Fuerzas Militares y la Policía. “Para hacer efectiva esta orden de captura que ordenó la invasión de una casa ubicada en la vereda Barranconsito, del Municipio Nóvita, en el Chocó. En el marco de esta diligencia, se produce un enfrentamiento que da lugar a la muerte del Sr. Uriel”, dijo el Fiscal General.

Pocos días después de los entusiastas anuncios de los representantes del Estado colombiano, el jueves (29) sale a la luz pública la nota del ELN en honor al comandante Uriel, “quien entregó su vida con alta dignidad a los grandes ideales de transformación, justicia social, soberanía y futuro de la humanidad”.

Y así es como recuerdo a Uriel, alguien con destacados sentimientos de amor y compromiso con la humanidad, con los desposeídos, los maltratados, los miserables del mundo. En nuestras entrevistas con el Comandante, nos pidió que, como periodistas y militantes, lleváramos el mensaje de compromiso con la revolución y la lucha del ELN a todo el mundo.

La camaradería entre los que luchan por el socialismo era una certeza para Uriel, quien pidió que no se les dejara solos en esta batalla. “Aquí estamos para todos, y esperamos que muchos lo estén para nosotros. Son bienvenidos”, nos dijo en la selva colombiana.


Entre los recuerdos que tengo del Comandante Uriel están las conversaciones relajadas, sus frases sobre la lucha, sus gestos, su voz. Otros son de sentimientos, de coraje y la rebeldía que él y los demás guerrilleros inspiraron. También guardo el recuerdo de los objetos que nos regaló: camisetas, cintas de colores con frases del Che Guevara – que da el nombre del Frente Guerrillero del ELN que él comandaba.


Y uno de los “regalos” del Comandante es un microchip, que sumergí en un polvo compacto de maquillaje alrededor del territorio de la guerrilla por temor a que pudiera ser descubierto en alguna requisa del Ejército al atravesar el río.

Años después, vuelvo a buscar en las muchas carpetas y archivos del microchip. La mayoría de ellas son canciones revolucionarias, poemas de compromiso con la lucha, comunicados y videos del ELN producidos por los jóvenes del Frente Guerrillero Che Guevara. Junto con la fuerza para luchar con las armas en mano, también estaban la ternura y la fraternidad entre los compañeros de lucha, demostrada por esos archivos, piezas de los recuerdos de Uriel.


En los abrazos de despedida después de unos días con los miembros del Frente Guerrillero del Che Guevara, imaginé que posiblemente no los volvería a ver. Aunque, en el fondo, los quería volver a ver.


Ahora, cuando recibo la noticia de que el comandante Uriel se ha ido, descubro también su nombre de bautismo: Andrés Felipe Vanegas Londoño. Pronto recuerdo los muchos nombres que usamos con motivo del encuentro en medio de la clandestinidad; yo, como María, junto con mis compañeros de viaje Jorge y Gustavo; en un encuentro con los guerrilleros y guerrilleras Lucía, Yaneth, Yadira, Emerson, Yesenia y su perro Coronel, y tantos otros “elenos” y “elenas” que también pueden haber caído en combate.


Cuando la muerte se presenta como una cara de la lucha, ese es el destino. Así que traje una de las canciones que el comandante Uriel me presentó como una de sus favoritas, Del amor y la lucha: “Si la muerte me viene a buscar / De pie me va a encontrar / Aquí estoy forjando mi destino”. Y hoy, Comandante Uriel, recordando su canción, “para llegar a ti, por eso escribo”.


*Este crónica fue escrita por Vivian Fernandes, periodista y jefa de la Redacción Internacional de Brasil de Fato.


https://kaosenlared.net/colombia-cayo-en-combate-el-comandante-uriel-cumpliendo-su-destino/

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