Ecuador: el gobierno juega la carta de la represión
Raúl Zibechi / Desinformemonos
Foto: Redes sociales
Un gobierno frágil, que apenas suma el 20% de los parlamentarios y está a merced de aliados ocasionales que lo apoyan para sacarle pequeñas concesiones, está siendo un caso de manual, toda vez que apuesta a la militarización para salir del atolladero. En octubre de 2021, decretó el estado de excepción en nueve provincias, las más pobladas del país, ante una oleada de violencia que se cobró más de cien muertos en un motín en la cárcel de Guayaquil.
Aunque el gobierno de Guillermo Lasso acusa al narcotráfico de la ola de violencia (mentando la infiltración de carteles mexicanos en las prisiones), la pasada semana lanzó un operativo contra jóvenes militantes “guevaristas” a los que acusa de formar un grupo guerrillero. La socióloga Natalia Sierra, familiar de uno de los detenidos, conversó con Desinformémonos sobre la coyuntura represiva en su país.
– ¿Cómo definirías la oleada represiva del gobierno de Ecuador contra el Movimiento Guevarista Tierra y Libertad (MGTL), a cuyos militantes se acusa de “trata de personas” para grupos paramilitares?
– El jueves 19 fueron allanadas nueve viviendas en cuatro provincias y detuvieron a ocho personas, dos mujeres y seis hombres, con prisión preventiva. Aún no hemos podido verlos, lo que es inconstitucional.
Pensamos que en este contexto de violencia generalizada en Ecuador, con seis masacres en las cárceles, parece evidente que la situación se le ha ido de las manos al gobierno. Se ha quedado sin capacidad de respuesta ante la guerra de mafias que todos los días asesina jóvenes. La población siente esa incapacidad del gobierno de Guillermo Lasso en un marco de desmantelamiento de las instituciones del Estado, de crisis de los sistemas educativo y sanitario, además de una política privatizadora y que apunta a debilitar la seguridad social.
No sólo es un gobierno neoliberal, sino de una enorme fragilidad, sin respaldo ni en la población ni a nivel institucional, en franca minoría en el parlamento lo que lo lleva a negociar con todos los partidos que puede. En este marco, inventan un operativo anti-terrorista con algunas particularidades, como que los medios afines al gobierno difunden toda la información en el mismo momento que están haciendo las detenciones, evidencia la existencia de un montaje propagandístico. Según el gobierno se trata de un grupo militante con conexiones en Argentina y Colombia, pero no pudieron presentar nada, apenas una escopeta vieja, que contrasta con el alto poder de fuego de las bandas armadas del narcotráfico.
– ¿Qué es el Movimiento Guevarista?
– Es un grupo que tiene ya 19 años de trabajo social, que hace trabajo en bibliotecas públicas, en educación a campesinos y pobladores de las periferias. Es gente que conocemos bien.
– En toda la región latinoamericana vemos que está en marcha un proyecto de militarización de las sociedades, con la excusa en general de la “guerra contra las drogas”, que en realidad se ha propuesta fortalecer el aparato represivo del Estado frente a la población cada vez más empobrecida. En el caso de Ecuador, ¿qué estaría buscando el gobierno de Lasso con este tipo de operativos?
– El punto de partida no puede ser otro que constatar la enorme debilidad del gobierno Lasso y de su falta de proyecto. Esa fragilidad es enormemente peligrosa porque los lleva a un cierre represivo. Creo que el objetivo no es otro que fortalecer los aparatos armados del Estado, o sea ese la contención por la vía violenta de la sociedad. Ante la crisis del sistema, ante una situación que no tiene salidas y sabiendo que la población no tendrá otra salida que movilizarse, la militarización es una cuestión preventiva para ellos.
Por otro lado, observamos una creciente hibridación entre el gobierno y la mafias, por un lado, y la criminalización del movimiento social, por otro. Al Movimiento Guevarista lo valoran como una amenaza para la seguridad nacional, mientras dialogan con las mafias. De lo que se trata, es de la formación de un gobierno o polo de poder militarista con la vieja excusa de la guerrilla ahora nombrada como terrorismo.
– ¿Crees que la cercanía de las elecciones colombianas puede influir en este escenario represivo?
– Sin duda la posibilidad de que Gustavo Petro gane a fin de este mes, conforma un escenario incómodo para el gobierno y las elites ecuatorianas, ya que los países más importantes de la región quedarían fuera del control directo de Estados Unidos.
-La guerra contra las drogas en México llevó a una alianza entre Estado y narcotráfico, con participación directa de los aparatos armados estatales. ¿Crees que algo así sucede en Ecuador?
– De hecho ya hay denuncias en ese sentido incluso en los medios del sistema. Hay quienes dicen que estamos en un proceso de narcotización del Estado. Les interesa aprovechar la situación de violencia generalizada para fortalecer los cuerpos represivos y tecnificarlos, cada vez se gobierna más con estados de excepción.
El capitalismo ha devenido en capitalismo mafioso, de forma abierta, vinculado al poder que han adquirido las grandes corporaciones extractivas. En los territorios donde esas corporaciones operan, el narco juega un papel propio atacando y expulsando a la población, en una suerte complementación con el capital.
Una de las situaciones que ha estallado es la de las cárceles donde vive una población sobrante, peso muerto para el capital, donde aplican una política destinada a eliminar población. Esto se enmarca en una caída de la civilización y un reordenamiento del mundo con consecuencias brutales que se complementa con el desmantelamiento de las instituciones. Caminamos hacia una nueva edad media, con multiplicación de príncipes de las mafias y del capital.
– ¿Cómo ven la situación de los presos guevaristas?
– Los familiares de los presos responsabilizamos al gobierno de Lasso de cualquier daño que puedan sufrir nuestros
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familiares encarcelados, porque el hecho mismo de mandarlos a la cárcel es una sentencia de muerte.
