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El Pueblo Kitu Kara Frente a las elecciones en Bolivia


Foto:24 matins


EDITORIAL WILLAYKUNA ONLINE



La arremetida conservadora neoliberal que camina por Abya Yala (Latinoamérica) y el mundo logró hace un año sacar del gobierno de Bolivia a Evo Morales y al Movimiento Al Socialismo (MAS), reemplazándolos con los representantes de las élites empresariales más fascistas y racistas de ese país, quiénes no tardaron en perseguir y tratar de destruir la lucha social popular.


Hoy, con el 55,1% de los votos, las fuerzas indígenas, campesinas y populares de Bolivia vuelven a colocar al MAS en el poder del Estado. Han logrado recuperar mediante la lucha en las calles y la vía democrática institucional un proyecto de transformación de la sociedad boliviana que apunte a la superación de las desigualdades sociales. Logran dar un duro golpe a las derechas empresariales de ese país, y porque no, también del continente, en un momento donde hay varios procesos de luchas tanto en el ámbito institucional como por fuera de él, disputándose los destinos de las sociedades y los pueblos. La movilización de La Minga Indígena, campesina, negra y popular en Colombia, la movilización chilena por una constituyente verdaderamente democrática, entre otras, son ejemplos de este momento crucial para el avance de las luchas.


¿Qué lecciones podemos sacar de las últimas elecciones bolivianas?


Una de las primeras lecciones que se pueden apuntar es la importancia de la defensa de la democracia para los movimientos populares y la izquierda. En medio de la oleada conservadora neoliberal en curso, no se puede renunciar así porque sí a la disputa electoral porque eso significa dejar el campo abierto para que esas fuerzas fascistas y racistas se hagan con todo el poder del Estado y sus aparatos represivos, con las consecuencias que el mismo proceso boliviano mostró hace un año. Las elecciones son un campo de disputa política para proteger de alguna forma los avances alcanzados por las luchas de los pueblos y modificar relaciones de fuerza, aunque sea coyuntural, entre el pueblo y las élites conservadoras neoliberales.


De igual forma, la defensa de la democracia debe ser un objetico fundamental en el momento actual en donde las fuerzas neoliberales buscan tomar el poder del Estado por el que estarían dispuestos a romper el orden democrático como se vio hace un año en Bolivia. Cada vez más se puede ver que para las élites neoliberales y fascistas la democracia se va convirtiendo en un estorbo para sus pretensiones de dominio político y económico.


Una segunda lección que nos deja lo sucedido en Bolivia es que los procesos de lucha de los pueblos indígenas, campesinos, y demás sectores populares no se pueden limitar a la figura de una persona o grupo de personas en el gobierno por más importantes y legítimos que sean. El MAS ha logrado ganar las elecciones más allá de la figura de Evo Morales y de su grupo cercano, e incluso más allá del mismo partido. El triunfo electoral del pueblo boliviano es un acumulado de la lucha y la resistencia directas de los sectores populares al gobierno empresarial golpista. Las organizaciones indígenas, campesinas y populares tuvieron la capacidad para sostener movilizaciones permanentes en las calles y carreteras, más allá de la defensa de una persona o de un partido, fue la defensa de un proceso de transformación abierto hace más de una década en Bolivia. Por ello bien se pode asegurar que el triunfo de Arce y Choquehuanca no es sólo el triunfo del MAS sino de todos las organizaciones indígenas y populares y de la sociedad movilizada.


Por lo dicho, el regreso del MAS al gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia, no es o no debería ser asumido como un cheque en blanco para Arce y Choquehuanca, tampoco para Evo Morales. Todo lo contrario, debería ser adoptado como la oportunidad histórica para corregir y rectificar errores cometidos en la administración anterior. Debe ser asumido con profunda auto-crítica de los límites y desviaciones del proceso anterior, sobre todo en relación a los puntos centrales de conflicto: la política extractivista, la concentración de poder y la subordinación de organizaciones críticas al proceso.


Un proceso de cambio que no se profundiza corre el riesgo de ser derrotada violentamente. Es necesario la profundización de las políticas redistributivas de la riqueza y del poder hacia las organizaciones, y la población más desposeída de ese país, ya que son ellas –los sectores populares y sus organizaciones– las que con su caminar, sus movilizaciones y sus propuestas, abrieron el senderos de la transformación radical de la sociedad boliviana, y serán, con seguridad, los que conducirán la historia de la emancipación de sus pueblos.


El pueblo Kitu Kara y Willaykuna Online saluda y se solidariza con el triunfo democrático del pueblo boliviano y hace fuerza porque las nuevas autoridades electas profundicen su compromiso con la transformación radical de Bolivia, por la igualdad social, el Estado Plurinacional y el socialismo.


La lucha es de los pueblos la conducen los pueblos.


Jallalla Bolivia

Jallala los pueblos de Abya Yala


https://www.facebook.com/notes/pueblo-kitu-kara/el-pueblo-kitu-kara-frente-a-las-elecciones-en-bolivia/1266156603754255/

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