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En tiempo de apagones neoliberales

Alberto Acosta (Rebelión)



Foto tomada de Rebelión


Los neoliberales son nuevamente responsables de los racionamiento de electricidad que bien pudieron ser evitados.

 “Los presidentes no heredan problemas, se supone que los conocen de antemano y por eso se hacen elegir, para gobernar con el propósito de corregir esos problemas [dejados por sus antecesores]. Culpar a los predecesores [por lo que dejaron] es la salida fácil y mediocre de los nuevos gobiernos. Si no pueden, no se postulen”. –Andrés Felipe Giraldo


Los actuales racionamientos de electricidad no son los primeros y -si no hay cambios en la política energética- no serán los últimos. Recordemos los apagones al finalizar el gobierno de Rodrigo Borja, cuando el país experimentó problemas de racionamientos de electricidad por efecto del estiaje y la no conclusión de algunas obras en marcha. La respuesta del gobierno, a través del INECEL (Instituto Ecuatoriano de Electrificación), fue concreta: instalar una serie de plantas térmicas para asumir los retos derivados de la crisis, mientras se avanzaba en la construcción de un par de plantas hidroeléctricas.

El nuevo gobierno conservador/neoliberal, a través de su presidente Sixto Durán Ballén aprobó dichos planes emergentes. Sixto incluso participó en la sesión del directorio del INECEL en la que se ratificó esa decisión. Sin embargo, su vicepresidente, Alberto Dahik, a través del secretario técnico Consejo Nacional de Desarrollo – CONADE, desautorizó al presidente…


La (sin)razón neoliberal no aceptaba que esas obras sean asumidas por el Estado. Y desde ese momento se inauguró una época de irracionalidades sucesivas, todas inspiradas en la tozudez de la alquimia neoliberal que niega la capacidad de gestión estatal. De la torpe decisión de adelantar la hora -la conocida como la hora sixtina-, para disqué ahorrar energía, se pasó a un intento de manejo del sector eléctrico con criterios de mercado liberalizado, con el fin de atraer al capital privado.  La eficiencia, decían, sólo se la encuentra en el sector privado.


Aunque es una evidente torpeza, incluso se separaron las empresas de generación de las empresas de distribución. Las primeras tenían vedada su capitalización, lo que hacía que sus ingresos se dirijan a un Fondo de Solidaridad para financiar obras sociales; algo que nunca sucedió. Y a las empresas de distribución, como parte de este embrujado plan privatizador, se les impuso la venta de electricidad con una tarifa inferior a la de compra…


En este contexto, los racionamientos de electricidad se sucedieron año tras año, hasta 1996. Para superarlos se recurrió a la contratación de energía en extremo cara, suministrada por una serie de barcazas. El costo de tanta tozudez neoliberal fue enorme. Tan es así que dichos costos superaron largamente a los derivados del conflicto bélico del Cenepa en el año 1995, con impactos que afectaron gravemente a la economía ecuatoriana.


Recién con el inicio del siguiente gobierno, el de Rafael Correa, se volvió a plantear una visión integral del manejo del sector y se propuso una serie de pasos sólidos para enfrentar el reto energético. Incluso poco antes del carnaval del año 2007 se pudo parar Paute -la planta con mayor capacidad de generación-, cuyas turbinas estaban a punto de explotar porque los gobiernos anteriores no le había dado el mantenimiento adecuado, sin que se llegue a los temidos apagones. Esto se logró gracias a una adecuada y oportuna campaña de ahorro de energía, que movitó una reacción positiva de la gente. Fueron días muy tensos mientras duraba la reparación, pero se demostró que si se puede cuando hay preparación y no improvisación. Y no solo eso, quedó demostrado que una fuente energética muy potente es el uso eficiente de la energía: el nivel de despilfarro era y sigue siendo alucinante.


Luego, lamentablemente, el gobierno no continuó con la política energéttica propuesta y se experimentaron costosos racionamientos en el año 2009-2010… Lo que vino después fue la construcción de varias e importantes plantas de hidroelectricidad, lamentablemente sin una adecuada planificación y en varios casos con graves denuncias de corrupción.


NEOLIBERALES NUEVAMENTE RESPONSABLES DE LOS ACTUALES RACIONAMIENTOS


Los racionamientos de electricidad del año pasado y los actuales bien pudieron ser evitados.


Sabemos que los estiajes son recurrentes. Tan es así que incluso en el año 2022 se conocía que el país estuvo al borde de dichos racionamientos. El Centro Nacional del Control de la Energía – CENACE demostró la existencia del elevado déficit energético en ciernes, frente al estiaje previsto entre octubre de 2023 y abril de 2024. Y no solo eso, incluso se propuso varias soluciones, que no fueron asumidas por el gobierno del presidente Guillermo Lasso y que tampoco motivaron la atención del régimen de Daniel Noboa.


Esta situación crítica del sector eléctrico se explica por varias causas. En lo que se refiere a las plantas de termoelectricidad instaladas para suplir en los momentos de estiaje, una gran cantidad de su potencia no está disponible en la actualidad, pues muchas plantas se encuentran en proceso de recuperación, en mantenimiento o están fuera de operación por estar obsoletas. Por esa razón, el CENACE advirtió ya en abril del 2023 la necesidad de recuperar el parque termoeléctrico. Igualmente solicitó la contratación de nueva generación eléctrica que funcione con fuel oil o residuo de petróleo. Incluso se señaló en enero del año 2023 que la planta Termogas Machala, la mayor planta termoeléctrica del Ecuador, estaba subutilizada debido a la falta de gas natural; por lo que se solicitó, la importación de 50 millones de pies cúbicos de gas natural al día, entre octubre 2023 y marzo 2024, para mitigar el riesgo de desabastecimiento de la demanda.


La conclusión es evidente, el manejo irresponsable del gobierno del presidente Lasso -como buen neoliberal hostil en la práctica al sector público- fue el causante de esta dura situación de racionamientos. Actuando con precaución y de forma anticipada bien se pudo evitar los racionamientos de electricidad que, sin duda alguna, generan costos mucho más elevados que el monto de las inversiones que habrían sido necesarias para tener a punto el parque termoeléctrico. Igualmente, si se habría actuado de forma responsable bien se pudo asegurar el suministro oportuno y en condiciones adecuadas de electricidad de Colombia e incluso del Perú.


De lo anterior se desprende que el gobierno de Noboa conocía de esta realidad. Por lo tanto, debió enfrentar oportunamente el tema para evitar los actuales racionamientos, poniendo en ejecución las propuestas del CENACE. El financiamiento de dichas obras podía ser resuelto rápidamente, sobre todo para impulsar la reconversión del aparato energético sin caer en la trampa de las privatizaciones, que se amplió aún más con la Ley de Competitividad Energética: la conocida como Ley No Más Apagones [1]; ley que se aprobó en la Asamblea Nacional con el apoyo de correistas y socialcristianos, y que se la presento como la solución definitiva para los apagones por parte del gobierno. Además, con un equipo preparado, no improvisado, se pudo enfrentar el tema apelando al apoyo de la sociedad, tal como se lo hizo el año 2007. Y por supuesto, una tarea fundamental radica en la protección de las fuentes hídricas parando todas las actividades extractivistas que afectan, por ejemplo, páramos y selvas.


Este rato, con todos estos antecedentes, rápidamente descritos, el presidente Noboa no puede ocultar su responsabilidad, escudándose en un supuesto sabotaje, mientras está empeñado en una consulta poco útil a la par que envenenada.[2] Es más, con su feriado energético ha desmotrado su incapacidad para enfrentar los problemas nacionales, agravando más aún las duras condiciones económicas y sociales que atraviesa el Ecuador.


Alberto Acosta: Economista ecuatoriano. Compañero de luchas de los movimientos sociales. Juez del Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza. Profesor universitario. Funcionario de la Corporación Estatal Petrolera Ecuadtoriana (CEPE) y de la Organización Latinoamericana de la Energía (OLADE) en los años ochenta. Consultor de temas petroleros y energéticos. Ministro de Energía y Minas (2007). Presidente de la Asamblea Constituyente (2007-2008). Candidato a la Presidencia de la República por la Unidad Plurinacional de las Izquierdas (2012-2013). Autor de varios libros.


[1] Una revisión de los alcances de la ley se encuentra en el texto del autor de estas líneas: “El retorno de los brujos… neoliberales – Un nuevo intento privatizador de la electricidad en Ecuador” (4 de enero del 2024). Disponible en https://rebelion.org/el-retorno-de-los-brujos-neoliberales/

[2] Consulta el texto del autor “Frente a una consulta poco útil a la par que envenenada ¡Once veces no al aprendiz de dictador!”, (14.04.2024). Disponible en https://ecuadortoday.media/2024/04/15/frente-a-una-consulta-poco-util-a-la-par-que-envenenada-11-veces-no-al-aprendiz-de-dictador/


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