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FRANCISCO: PEREGRINO INCANSABLE DE LA FRATERNIDAD,

Pedro Pierre. / vía correo electrónico



Foto: cinabrio



Eso sería la conclusión del viaje de 3 días que el papa Francisco acaba de hacer en Irak. El presidente de la república de Irak le expresó, gustoso, su satisfacción al declarar: "Los iraquíes expresan su orgullo por su presencia”. El papa logró una gran novedad: las relaciones amistosas entre los musulmanes y los cristianos.


Irak es un país de Oriente Medio en la parte oeste de Asia que colinda con Europa y África. Sus países vecinos son al oeste: Irán; el norte: Turquía; al este: Siria y Jordania y al Sur: Arabia Saudita. Tiene una superficie de 338,000 kilómetros cuadrados y una población de unos 40 millones de habitantes. Todo el Medio Oriente es la ‘patria grande’ de los Árabes, de religión mayoritariamente musulmana.


Fue en Irak donde nacieron hace 4 milenios, en la ciudad de Ur, Abraham y Sara, fundadores de la religión monoteísta, o sea, la creencia en un Dios único y amoroso. Los descendientes de Abraham y Sara se dividieron en 3 religiones que conservan su herencia: la de los Judíos, la de los Cristianos que siguen el camino liberador de Jesucristo, nacido en Palestina, tierra judía; y la de los Musulmanes que siguen a su profeta Mahoma, nacido en Arabia Saudita, cuya religión, el Islam, se inspira de los Judíos y Cristianos.


A la muerte del profeta Mahoma la religión musulmana se dividió en 2 ramas con 2 hijos de Mahoma: por una parte, están los sunitas que son más conservadores y fundamentalistas con el 90% de los musulmanes y, por otra, los chiitas, minoritarios, pero más abiertos y progresistas. La mayoría de los chiitas viven en Irak e Irán (con 1’650,000 km2 y unos 83 millones de habitantes). Arabia Saudita, patria del profeta Mahoma, es el país musulmán sunita más fundamentalista de donde salen los Islamistas, o sea, un fuerte grupo armado que se opone a Irak y los países católicos, considerados los “hijos del diablo” que hay que eliminar. En Arabia Saudita gobierna una monarquía familiar musulmana que mantiene su población, en particular a las mujeres, en una media esclavitud, mientras el gobierno de Irak admite la separación entre la religión y el Estado.


undial en cuanto a reservas petroleras. Por no someterse Irak a los intereses de Estados Unidos, el gobierno norteamericano decidió, en 2003, invadirlo, destruirlo, acaparar sus riquezas petroleras y poner en su lugar, en el norte de Irak (donde está el petróleo), el gobierno dictatorial de un Estado Islámico. El Vaticano se opuso en vano a esta invasión norteamericana. Después de las destrucciones causadas por la invasión norteamericana, los Islamistas persiguieron a muerte a los chiitas y a los cristianos, destruyendo sistemáticamente sus casas y lugares de culto… Este Estado Islámico no logró consolidarse y fue derribado por el gobierno iraquí hace 5 años. El gobierno de Irak trabaja reconstruye el país a pesar de las trabas del gobierno de Estados Unidos.


En esta dolorosa situación, el viaje del papa Francisco a Irak tenía un doble propósito: De un lado, animar a los cristianos diezmados (¡antes de la invasión norteamericana eran millón y medio de personas y actualmente apenas unos 300,000!) y, por otro, trabajar a la reconciliación de los musulmanes. Ya en 2019 el papa Francisco había firmado en Egipto un “Documento por la Fraternidad Mundial” con la máxima autoridad del Islam sunita. En Irak el papa Francisco encontró a la máxima autoridad chiita, que visitó los pies descalzos según la costumbre árabe. Los dos coincidieron en la necesidad de "la colaboración y de la amistad" entre las religiones no solo para Irak, sino para toda la región y el mundo. Para confirmar esta reconciliación, la leyenda de un inmenso afiche decía, en el aeropuerto de Bagdad, la capital de Irak: "Ustedes son un pedazo de nosotros y nosotros somos una parte de ustedes".


Veamos unos gestos y unas palabras relevantes de este viaje del papa Francisco. Tal vez el gesto más llamativo fue el abrazo del papa al padre del niño Aylan encontrado en 2015 ahogado en una playa turca del Mar Mediterráneo junto a su madre y a su hermano de 5 años: Estaban migrando hacia Europa. Aylan queda como el símbolo mundial de la insolidaridad de Europa frente a los migrantes de Oriente Medio y de África: tenía 3 años, estaba boca abajo en la arena y vestía una camiseta roja, una pantaloneta azul y con zapatos negros.


Otro gesto significativo fue el telegrama que el papa envió al representante de la autoridad palestina cuando sobrevoló su territorio. Sabemos que el Vaticano condena las invasiones del gobierno fascista israelí sobre las tierras de los Palestinos, desposeyéndolos paso a paso de su territorio desde 65 años, a pesar de las repetidas condenas de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), pero con el visto bueno de Estados Unidos.


Varias frases del papa Francisco llaman también la atención. “He escuchado voces de dolor y de angustia, pero también voces de esperanza y de consuelo". "La fraternidad es más fuerte que el fratricidio; la esperanza es más fuerte que la muerte; la paz es más fuerte que la guerra”. “Si Dios es el Dios del amor -y lo es- a nosotros no nos es lícito odiar a los hermanos". "¿Cómo se cambia el mundo? No con el poder o con la fuerza, sino con las bienaventuranzas”. "Trabajemos juntos en unidad por un futuro de paz y prosperidad que no discrimine ni deje atrás a nadie".


Aprendamos de este viaje a valorar a nuestras hermanas y hermanos musulmanes y trabajar en nuestra Patria Grande a la unidad de los Pueblos y a la fraternidad entre todas y todos.

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