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TESTAMENTO 2020,

Pedro Pierre


Foto: El estado.net

A los ecuatorianos les regalo, para las elecciones, un poco de la valentía y dignidad de los bolivianos.

Al presidente Lenin Moreno le regalo una silla eléctrica norteamericana.

A Lasso le regalo una silla de rueda como la del presidente Lenin Moreno.

Al ministro de finanzas le regalo mi calculadora para que diga adónde fueron a parar los miles de millones del FMI (Fondo Monetario Internacional).

Al Pachakutik le regalo mi opción de izquierda, o sea, de oposición a la derecha y a las falsas izquierdas.

A Alvarito le regalo mi última profecía: “Serás presidente en 2025”.

Para las votaciones les regalo unos lentes de contacto para que puedan descifrar el número 1.

Al papa Francisco le regalo mi firma para el premio Nobel de la paz.

A los padrecitos les regalo unas becas afín de que aprendan una profesión que les permita suplir la ausencia de fieles y de dinero en sus parroquias.

A los que creen haber perdido la fe les regalo un metro cúbico de humanismo y otro tanto de creatividad.

A la alcaldesa de Guayaquil le regalo mi último baile antes de la medianoche sobre el puente de Durán, certificado sin indígenas gracias a los buenos servicios del alcalde anterior.

A la vice presidenta le regalo una indulgencia plenaria del papa Francisco por sus pecados de omisión.

A la Sra. María Paula Plomo, perdón Romo, le regalo mi pistola con balas de algodón para completar su colección.

Para los Bucaram he hablado con el papa Francisco para que les ponga en el calendario de los santos inocentes.

A Donald Trump le he reservado un asiento de primera en el infierno.

A los jóvenes les regalo una pisca de rebeldía para cada día de 2021.

Regalo una tonelada de solidaridad a los ingenuos y los indiferentes para contrarrestar la pandemia del coronavirus y del individualismo ciudadano.

Les dejo mi última proclama: Estamos viviendo una pandemia de acumulación de poder tiránico y somos testigos de un saqueo a escala mundial a manos del 0,001% más rico.

Y ese es mi último legado para todas y todos: “¡Feliz desobediencia y próspera resistencia!” para construir juntos un mundo basado en la hermandad universal.

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