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MENSAJE EN EL ANIVERSARIO 56 DEL ELN


Queridas compañeras y compañeros les envío mi abrazo fraterno en esta nueva conmemoración del 4 de julio, cuando se cumplen los 56 años de la Primera Marcha Guerrillera con la que fundamos el Ejército de Liberación Nacional en 1964.

Revolucionar es cambiar a fondo

La historia de lucha de los pueblos registra que en su seno han existido siempre pequeños núcleos de personas a quienes se les ha llamado revolucionarios, caracterizados por dedicar su vida a las grandes transformaciones sociales, con lo que hacen posible cambios que la inmensa mayoría consideraba imposibles.

No pocas veces han sido llamados aventureros y locos, pero solo cuando sus gigantescas obras se vuelven realidad el común de la gente reconoce su fuerza creativa, en muchos de los casos este reconocimiento apenas se concede como honores póstumos. Esto ha ocurrido en Nuestra América entre otros, con el Che, Camilo Torres, Fidel Castro y Hugo Chávez.

Es necesario señalar que los verdaderos revolucionarios colocan los intereses colectivos muy por encima de los individuales, porque estos son apenas el complemento necesario para que los colectivos puedan desarrollarse a plenitud, lo que convierte su vida en un esfuerzo y sacrificio hechos con la alegría y satisfacción del deber cumplido.

Para los revolucionarios la vida colectiva constituye un espacio de autenticidad, aun cuando enfrentemos penurias como la cárcel, el destierro, las enfermedades o el exilio.

Desde nuestro nacimiento como fuerza rebelde guerrillera, la esencia revolucionaria de millares de compañeros y compañeras, unida a su vocación humanista de servir al pueblo sin esperar retribución alguna, nos han traído hasta este presente y nada más justo hoy, que enaltecer su ejemplo y rendirles un sentido homenaje.

Si hacemos un recorrido por nuestros 56 años de historia, traeremos al presente a muchas y muchos compañeros con quienes hemos compartido este camino, junto a otros con los que sentimos que vamos tras la misma causa y en la misma lucha, aunque no tengamos la oportunidad de conocerlos.

Una gran obra colectiva exige determinación

La vida de las personas es mucho más corta que el tiempo requerido para construir la obra de una revolución, por ello el triunfo revolucionario requiere del concurso de varias generaciones, lo revolucionario es vivirlo de este modo, sin esperar nada a cambio por su dedicación y sacrificio, sin la expectativa de disfrutar el resultado de sus esfuerzos.

Por esto el Che dijo: “qué importa la vida o los sacrificios de un hombre, si lo que está en juego es el destino de la humanidad”.

En la década de los años 60 del siglo pasado, el entonces sacerdote Camilo Torres Restrepo, le dijo al pueblo de Colombia; “ya hemos comenzado, porque la jornada es larga”.

De los 16 compañeros fundadores que iniciamos aquella histórica Primera Marcha que gestó el ELN el 4 de julio de 1964, con muy escasas excepciones todos hemos cumplido fielmente nuestra consigna de “ni un paso atrás liberación o muerte”; este compromiso, este reto lo mantenemos quienes nos sentimos herederos de todas y todos ellos, ante quienes hoy nos inclinamos para honrarlos y decirles que también cumpliremos.

La oligarquía elige cómo entrega el poder al pueblo

Los niveles de violencia oligárquica desbordados y crueles, los dirigen en la persecución y exterminio contra los opositores, líderes populares, defensores de Derechos Humanos y ex combatientes, que confiaron en las promesas de un enemigo que nunca ha cumplido Acuerdos firmados con las masas movilizadas, ni en mesas de negociación con las guerrillas, así estas cuenten con la presencia de la comunidad internacional.

¡Qué gran lección han aprendido muchos luchadores, quienes muchas veces nos dijeron de buena fe, que ese era el camino y ahora nos felicitan por no haberles seguido su consejo!

Cuánto valor y madurez política debemos mantener hoy, acorde a nuestra esencia insurgente y rebelde de fuerza guerrillera levantada en armas, ante una oligarquía violenta que no permite acceder al poder por las vías democráticas, que nos recuerda el imperativo de seguir construyendo una sólida organización popular y revolucionaria, que haga posible sacarla del poder.

La sabiduría de nuestros Congresos Nacionales nos ha dejado claro, que la unidad no es solamente entre las fuerzas del cambio en el país, sino en el ámbito continental porque esta fuerza de Latinoamérica y el Caribe es la que garantiza remontar el plan de Guerra de los imperialistas, para hacer de esta una región de paz.

Rebajar la intensidad del conflicto para enfrentar mejor el Covid-19

La humanidad recordará con profundo dolor la pandemia producida por el Covid-19; que en estos momentos deja más de medio millón de muertos y más de 10 millones de contagiados, la inmensa mayoría gente humilde y mayor de edad; solo los países que cuentan con una sólida estructura de salud pública y priorizan servir a su pueblo -como China, Vietnam y Cuba-, enfrentan con mayor éxito esta peste letal.

En las reflexiones que nuestra fuerza ha realizado rechazamos la conducta inhumana, cínica y mezquina de las clases dominantes del mundo, quienes ante la pandemia piensan en favorecer su economía mientras sacrifican al conjunto de la sociedad, produciendo un infame Genocidio contra quienes no han tenido condiciones para pagar los costos de salvar su vida.

Ante la pandemia el Gobierno colombiano, además de excluyente e incapaz, coloca en primer lugar los dictados de los Estados Unidos para incrementar la Guerra interna y contra la vecina Venezuela, y se mantiene sordo a los llamados que hacen la ONU y el Papa Francisco, de hacer un Alto al Fuego que permita enfrentar mejor el Covid-19.

Todo el personal de la salud que hacen lo humanamente posible por salvar vidas a costa de la suya, merecen destacarse como auténticos y sacrificados héroes ante la dura realidad.

Merecen una felicitación los mandos y combatientes del ELN, quienes a lo largo y ancho del país han hecho posible que la pandemia no haya causado daños en nuestras filas, al tiempo que están al lado de los más empobrecidos y excluidos aportando nuestros modestos esfuerzos y recursos, para remediar esta dolorosa tragedia.

Acabar la Guerra infinita del imperio

Mientras en un lado están la gente sensible por los padecimientos de la humanidad y los revolucionarios haciendo esfuerzos por salvar vidas, en el otro están verdaderos criminales como los encabezados por el Presidente de EEUU, quienes aprovechando la pandemia aumentan sus agresiones contra la hermana República de Venezuela, usando el territorio colombiano como base de estos ataques; en una violación flagrante de la soberanía de estas naciones, permitida por la conducta incondicional de la oligarquía colombiana.

Esta es la verdadera razón por la que a Colombia siguen llegando tropas estadounidenses, ahora traídas desde Afganistán hasta la frontera con Venezuela, expertas en instruir y operar junto a fuerzas vasallas, para invadir naciones que rechazan el saqueo y el tutelaje imperialista. Hoy nadie duda que los EEUU se resisten a aceptar que el petróleo venezolano no siga siendo suyo y por esto persisten en agredir a este hermano pueblo.

Junto a las mayorías nacionales seguimos buscando una Solución Política del Conflicto, al tiempo que evitamos el involucramiento de Colombia en una Guerra contra un Estado vecino.

Unidad y seguridad

Compañeras, compañeros al arribar a nuestro 56 aniversario, los que integramos la conducción estratégica de esta fuerza guerrillera, sabemos bien cómo hay que actuar en esta realidad compleja y de grandes posibilidades revolucionarias; les pido que tengan siempre mucha confianza en que estamos actuando dentro de las líneas trazadas por nuestro Quinto Congreso Nacional, contando además con una sólida unidad interna. De la misma manera nosotros tenemos confianza en los cuerpos de conducción intermedios, porque todos actuamos dentro de un plan de actividades con claras directrices.

Finalmente, les solicito encarecidamente que no bajemos la guardia, ni siquiera en los lugares que consideremos más seguros, están prohibidos los excesos de confianza y subestimar la capacidad del enemigo, aplicando con rigor los criterios de seguridad y secretividad, manteniendo la movilidad requerida en estos tiempos de Guerra, donde nuestros enemigos nos clasifican como el objetivo principal por eliminar.

Al pueblo de Colombia le reiteramos que pueden contar con nosotros para seguir la lucha, desde nuestro carácter guerrillero, convencidos siempre que la paz es el destino final de todos los pueblos del mundo.

A los revolucionarios y amigos del mundo les decimos que esta modesta fuerza guerrillera, sigue firme en sus convicciones y principios, uno de ellos es la disposición y solidaridad militante e internacionalista para crear todos los lazos unitarios necesarios para enfrentar al imperialismo, enemigo acérrimo de todos los pueblos del mundo.

Con el estímulo, el temple y la dignidad que heredamos de los caídos, reafirmamos nuestras consignas.

¡Colombia para los trabajadores!

¡Ni un paso atrás, liberación o muerte!

Nicolás Rodríguez Bautista

Primer Comandante del ELN.

https://eln-voces.net/mensaje-en-el-aniversario-56-del-eln/

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